En cuestión de maquillaje el uso que le demos a cada producto puede marcar realmente la diferencia.
Y no es menor el orden que sigamos a la hora de realizar nuestra rutina: usualmente, la indicación es que, tras hidratar y preparar la piel, llega el turno del corrector, que se pone sobre la piel limpia para tapar imperfecciones. Luego vendrán base, blush, iluminadores y bronzers.
Esto, después de haber maquillado los ojos para poder corregir la piel en caso de que se nos haya pasado algún pigmento fuera de lugar. De esta manera, la base al final brinda la terminación justa y perfecta.
Menos es más
Hay otra mirada respecto al orden de aplicación de los productos, que anima a usar menos cantidad y, así, obtener una cobertura igual de eficaz pero más natural. Es lógico que, con la piel desnuda, al aplicar el corrector tengas que usar más cantidad para aplacar las tonalidades de la zona de ojeras.
Es más: si antes del corrector aplicás fijador de maquillaje con una brocha en la zona de la ojera, el resultado será aún mejor, como lo muestra el tutorial de Tik Tok.
¿Por qué invertir el orden de aplicación pude resultar un truco efectivo y más exitoso a la hora de tapar ojeras? Porque con la piel trabajada, los ojos y labios listos, las ojeras ya no serán el foco de atención, con lo cual vas a necesitar menos producto para taparlas. Como resultado, las vas a neutralizar de una manera más natural y sin malgastar producto.
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