No es un secreto que el mundo del maquillaje está repleto de términos y productos que a veces pueden resultar demasiado para los simples mortales que no son maquilladores. Sin embargo, hay uno en particular que ganó mucha popularidad y se convirtió en un elemento imprescindible en la rutina de belleza de muchas personas: el primer.
Aunque su nombre puede sonar técnico y desconocido para algunos, su función esencial es preparar la piel para recibir el maquillaje, actuando como una base que mejora la textura, el acabado y la durabilidad de los productos que se aplican después.
¿Qué es un primer y de qué sirve?
El primer, también conocido como prebase de maquillaje, es un producto diseñado para crear una superficie uniforme y suave en la piel, listo para recibir el maquillaje. Su propósito principal es preparar la piel como un lienzo, minimizando la apariencia de los poros, las líneas finas y las imperfecciones. Además, ayuda a que el maquillaje se adhiera de manera más uniforme y duradera, evitando que se desvanezca, se corra o se acumule a lo largo del día.
Tipos de primers y cómo elegir el correcta
Existen diferentes tipos de prebases de maquillaje, cada una con beneficios específicos según las necesidades de cada tipo de piel y los resultados deseados:
- Correctoras de Tonalidades: Estos primers ayudan a corregir imperfecciones en la tonalidad de la piel, como rojeces, manchas oscuras o zonas descoloridas.
- Alisadoras de Textura: Ideales para quienes buscan suavizar la textura de la piel y reducir la apariencia de poros y líneas finas.
- Hidratantes: Recomendadas para pieles secas o deshidratadas, proporcionan humedad y una base suave para el maquillaje.
- Efecto Glow: Ofrecen un acabado luminoso y radiante, perfecto para quienes desean un aspecto fresco y natural.
- Matificantes: Indicadas para pieles grasas o propensas a brillos, controlan la producción de grasa y mantienen un acabado mate durante horas.
Para elegir el primer adecuado, es importante considerar el tipo de piel y las necesidades específicas. Por ejemplo, una persona con piel seca puede beneficiarse de una prebase hidratante, mientras que alguien con piel grasa puede preferir una prebase matificante para controlar los brillos.
Aplicación correcta y errores comunes a evitar
La aplicación del primer es clave para obtener los mejores resultados. Antes de aplicar el maquillaje, se recomienda limpiar y preparar la piel con los productos habituales, como tónico, serum y tu crema hidratante de siempre. Luego, se aplica una capa delgada de primer, permitiendo que se absorba durante uno o dos minutos antes de continuar con el maquillaje.
Uno de los errores más comunes al usar el primer es creer que reemplaza la preparación de la piel. Es importante preparar la piel adecuadamente antes de aplicar el primer para obtener los mejores resultados. Otro error es aplicar demasiado producto o aplicarlo en áreas donde no es necesario, como todo el rostro cuando solo se necesita en zonas específicas.
¿Es Realmente un 'Must Have'?
Si bien el primer de maquillaje no es indispensable en todas las situaciones, puede marcar la diferencia en la durabilidad y el acabado del maquillaje, especialmente en eventos especiales o en condiciones climáticas extremas. También es útil para quienes desean un look más pulido y duradero en su rutina diaria de maquillaje.
El primer de maquillaje puede ser un aliado invaluable para lograr un maquillaje impecable y duradero. Con la variedad de opciones disponibles en el mercado, es posible encontrar el producto adecuado según el tipo de piel y las preferencias personales. Al incorporar el primer en la rutina de maquillaje, vas a poder disfrutar de una piel preparada, uniforme y lista para lucir el maquillaje con confianza, ¡Y más linda que nunca!
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