En los supermercados, farmacias muchas veces encontramos cosméticos denominados “clean”, y cómo no tiene una denominación oficial puede aplicarse a muchas cosas. Sin embargo, los expertos afirman que son productos libres de parabenos, sulfatos, sales de aluminio, colorantes y fragancias. Es decir que hablamos de cosméticos sin tantos ingredientes químicos para beneficiar nuestra piel.
No es lo mismo que la cosmética natural
El “clean beauty” se enfoca en el minimalismo. Es decir, que pretende hacer productos con la menor cantidad posible de ingredientes que no siempre son naturales. En cambio éste sí es el foco de la cosmética natural que prioriza que ese sea su origen. Claro que ni los productos clean, ni los naturales, pueden asegurarnos de que no dañaran nuestra piel. Ya que muchas veces se los considera mejor que otros, pero esto no siempre es cierto. Además, es muy importante poner el foco en la elaboración y en el cuidado de los ingredientes para lograr resultados óptimos.
Hay que mirar las etiquetas
Con el boom de la cosmética clean, muchas marcas lo empezaron a implementar para aumentar sus ventas. Sin embargo, no cumplen con el requisito de usar pocos ingredientes y tienen fórmulas que son complejas. Este es el problema que surge cuando hay falta de regulaciones, por eso, como consumidores debemos estar atentos y leer las etiquetas de los ingredientes del producto para entender lo que estamos comprando.
Los beneficios de usar cosmética clean
Al ser productos con pocos ingredientes, sin conservantes, ni activos, son ideales para la mayoría de las pieles, porque descartan los componentes más peligrosos. Por eso, la cosmética clean es muy recomendada por dermatólogos, porque son más seguros y la mayoría no generan alergias. Aunque claro, siempre es aconsejable primero consultar con un médico de confianza. Recordemos que lo que ponemos sobre nuestra piel se absorbe rápidamente. Por eso, es esencial usar productos de buena calidad.