Con motivo del Día Mundial de Concientización de la Alopecia, que se celebra cada 7 de octubre, con el fin de desafiar estigmas sobre esta condición, conocé datos clave sobre la recuperación capilar y cómo mantener un cabello saludable sin necesidad de tratamientos agresivos.
*Por la doctora Leisa Molinari
La alopecia se distingue por la caída inusual del cabello en el cuero cabelludo y en otras áreas de la piel, como las cejas, las pestañas y la barba. Puede ser resultado de diversos factores, incluyendo la genética, el proceso de envejecimiento, desequilibrios hormonales, enfermedades autoinmunes o estrés.
Como dermatóloga, considero que es de suma importancia brindar información sobre esta condición, profundizando en sus causas, síntomas y las diversas opciones de tratamiento disponibles.
Ciclo normal del pelo
El ciclo normal del pelo se compone de tres fases distintas. La primera de ellas es la anágena, que representa el período de crecimiento capilar. Durante esta etapa, las células de la raíz del pelo están activas para formar nuevo.
En segundo lugar se encuentra la fase catágena, que se trata de un período de transición con una duración de dos a tres semanas, durante el cual el crecimiento se detiene temporalmente.
Por último, la fase telógena, que corresponde a la etapa de reposo y que se extiende durante un periodo de tres a cuatro meses. Durante este lapso, el cabello existente se cae, dejando espacio para el crecimiento del nuevo, dentro del folículo capilar.
Comprendiendo las causas
Cada tipo de alopecia tiene factores desencadenantes específicos que impactan el ciclo capilar:
- Alopecia androgénica: Relacionada con predisposición genética y desequilibrios hormonales, es una causa común de calvicie progresiva en hombres y mujeres. Afecta principalmente las áreas del cuero cabelludo.
- Alopecia areata: Se produce por una respuesta autoinmune, donde el cuerpo ataca los folículos pilosos, generando parches circulares de caída repentina.
- Efluvio anágeno: Ocurre durante la fase de crecimiento del cabello, generalmente como resultado de agentes químicos o fármacos agresivos como la quimioterapia.
- Efluvio telógeno: Suele ser temporal y es inducido por factores estresantes, tanto físicos como emocionales, como el posparto o cirugías. El cabello entra prematuramente en la fase de reposo (telogena) y cae, pero suele recuperarse en 3 a 6 meses. Esta última es uno de los ejemplos más destacados, ya que se presenta en numerosas ocasiones como pos parto, pos quirúrgicos o posterior a un estrés físico importante.
En todos los casos, es fundamental consultar con un dermatólogo para obtener un diagnóstico preciso y elegir el tratamiento adecuado.
Sin embargo, para el cuidado general de la fibra capilar, se recomienda:
- Minimizar el uso excesivo de herramientas de calor, como planchas y secadores.
- Descansar de tratamientos químicos, como decoloración y alisado.
- Mantener la hidratación natural del cuero cabelludo con productos que utilizan ingredientes más suaves.
- Permitir que el pelo respire, reduciendo el uso innecesario de sombreros y viseras.
- Fortalecer el cabello utilizando máscaras capilares semanales.
Es importante comprender que, en la mayoría de los casos, la caída del cabello es reversible y no siempre demanda tratamientos agresivos. Con la orientación adecuada de un dermatólogo, es posible mantener la salud capilar en buen estado.
Leisa Molinari (M.N° 116.628). Médica dermatóloga especialista en cáncer de piel y cirugía micrográfica de Mohs. Fundadora del Centro Médico de la Piel y miembro de numerosas sociedades científicas nacionales e internacionales. @dra.leisamolinari
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