Carlos Alfredo Elías, más conocido como CAE, aguarda ansioso que llegue el momento de grabar el repechaje de MasterChef Celebrity 2 -que se verá en la semana 8 o 9 del programa, aún no está confirmado- para tener su revancha en la cocina. Mientras espera que llegue este gran momento programó su show Rocklover para el 23 de marzo (en el teatro Maipo) y dará varios recitales en Rosario, Santa Fé y Córdoba. “Ahora combino música con cocina…. ¡Y me encanta!”, nos cuenta mientras pide un café y se dispone a charlar un rato con Para Ti.
-Sabemos que no solés hablar de tu vida privada pero nos encantaría conocer tu historia de amor con Elizabeth, tu mujer desde hace 26 años….
-(Se ríe) Bueno, acepto: voy a contarte la historia de amor más importante de mi vida. A Elizabeth la conocí en el lugar más cursi del mundo, creo: el Torreón del Monje, en Mar del Plata. Yo llegué al lugar, con guardaespaldas -fue en el año ´93 y era un momento de mucha popularidad para mi- y rodeado por un mar de gente que quería llevarse un pedacito de mi cuerpo. Te recuerdo sonaba en todas las radios y yo era algo asi como un sex symbol. Pero, a pesar de la multitud que me esperaba en el Torreón, la vi a Elizabeth. Ella es profesora nacional de danzas clásicas y estaba, ocasionalmente, bailando en el programa de Juan Alberto Mateyco.
-¿Cómo hiciste para distinguirla entre tanta gente?
-¿Sabés que recuerdo exacto ese momento? Insisto, estaba rodeado de gente, con mis guardaespaldas, yo mirando para abajo e intentando hacerme chiquitito para llegar hasta el camarín que me habían preparado antes de cantar y levanté la vista y la vi a Elizabeth: me encontré con su mirada. Si esto fuera un video te pediría que aquí pongamos un efecto slow motion (suelta una carcajada). ¡En serio! Siento que en ese momento se detuvo el sonido, la acción y conectamos. Estábamos a una distancia de 3 o 4 metros pero la marea me arrastró hasta mi camarín, luego vino el show y partí al hotel. Eso sí: antes de irme le pedí a la producción de Mateyco que me diera su número de teléfono y a la noche la llamé desde el hotel donde me alojaba.
-¿Y cómo fue el encuentro? ¿La invitaste a salir esa misma noche?
-¡Obvio! Y pensé que iba a venir corriendo al hotel pero no fue asi. Me dio cero bola. De hecho…. ¡Regresé a Buenos Aires sin poder verla! Elizabeth es de Mar del Plata y se quedó alli. Estuve un mes hablando por teléfono con ella hasta que logré darle el primer beso.
-¿Sentís que ese mes de charlas telefónicas les permitió conocerse mejor antes de la primera cita?
-¡Desde ya! Ese mes fue clave. Eran charlas largas y profundas…. Yo estaba en medio de una gira y la llamaba desde la ciudad que fuera en el horario que tenía libre. Asi que, cuando finalmente pudimos concretar nuestra primera cita, la invité a cenar. Pero… ¿Te cuento algo gracioso? Yo esperaba muy ansioso esa noche para besarla y besé a otra mujer antes que a ella.
-¡¿Cómo a otra mujer?!
-(se ríe) Es que fuimos a comer a un lugar muy lindo y bastante privado pero, en un momento de la comida, se me acercó una chica, me pidió un autógrafo y, cuando me paré para saludarla, me estampó un súper beso en la boca que me dejó mudo.O sea que, en nuestra primera cita, besé a otra chica antes que a Elizabeth.
-Debe haber sido difícil para Elizabeth aceptar que estaba con una mega estrella del rock a quien le pasaban cosas como esa: una mujer desconocida se le acercaba y lo besaba sin mediar palabra….
-Y…sí, fácil no fue. Cuando la conocí a ella yo estaba en un momento muy particular de mi vida, una etapa de mucha confusión y soledad pero no dejaba de ser un pibe de barrio que estaba viviendo un gran éxito. Una popularidad inesperada. Te diría que estaba como en una situación de adicción al sexo, por ejemplo, porque se me daba todo muy fácil. Elizabeth llegó a mi vida para ser mi cable tierra, de eso no tengo ninguna duda. Y, claro, lo sigue siendo hoy también.
El juego del amor
-¿Qué fue lo que te enamoró de Elizabeth?
-Lo primero que me enamoró fueron sus ojos. Jamás voy a olvidar esa primera mirada que cruzamos en el Torreón del Monje. Y su figura, no te voy a mentir. La atracción física es lo primero en cualquier relación, imagino. Pero, ese mes de charlas telefónicas, nos sirvió para conocernos y, cuando llegamos a la primera cita, ya nos teníamos cariño, afecto… ¡Que se convirtió en pasión de inmediato, obvio! A medida que pasaron los años la relación se fue consolidando y pasando por diferentes etapas…. Yo a veces siento eso: que el amor es un juego en el que vas destrabando niveles para avanzar.
-¿Hay alguna característica de su personalidad que no te guste o desearías que cambie?
-Nada. Elizabeth es la compañera ideal. Además, te soy sincero: jamás confesaría algo asi en una entrevista porque llego a casa y me encuentro con un “Ah! ¿Cómo es eso de que querés que cambie tal cosa?” (se ríe)
-¿Tuvieron alguna crisis en estos años?
-Pasamos por muchas situaciones y, como todos, tuvimos altibajos. Tenemos un esquema familiar muy loco, raro, somos medio gitanos porque vivimos en diferentes lugares y eso nos convirtió en un grupo muy unido. Viajamos siempre los 4 -nos acompañan nuestros hijos, Brenda (21) y Fran (24)- y afrontamos muchas felicidades y también compartimos las penas.
-¿Hablás específicamente de lo que vivieron en España cuando se mudaron a Madrid, fueron estafados y perdiste todos tus ahorros?
-No sólo de eso pero, claro, esa experiencia fue, lejos, la más dura que nos tocó enfrentar. De hecho, creo que hubiera sido lógico que nos afectara y hasta que nos obligara a replantearnos la pareja. ¿A quién no lo estresa pasar por algo asi? Pero la verdad es que supimos amoldarnos y hasta logramos rapidamente cambiar los roles: Elizabeth salió a trabajar y yo me quedé en casa, de día, cuidando a los chicos. Salía recién a la noche, cuando ella volvía, a trabajar de lo que conseguía y donde podía. Siento que esa historia nos marcó mucho, entendimos lo mucho que nos complementamos y nos convirtió en personas resilientes.
-Es decir que, en definitiva, los unió aún más
-Seguro que sí. Pero no sólo fue eso. Nosotros llevamos 26 años de convivencia y nos pasa algo muy importante: no seguimos gustando…. ¡Y mucho! Nos calentamos, para decirlo más claramente. Sentimos la misma pasión que el primer día. ¿Sabés que yo creo que eso es muy importante?
-Es decir que el paso del tiempo a ustedes no los afectó, nunca cayeron en la rutina…
-Todo lo contrario: a nosotros el paso del tiempo nos sumó. Pienso que algo clave es que tenemos una visión parecida de la vida, ambos somos muy positivos y transmitimos esa filosofía a nuestros hijos y la aplicamos en el trabajo. Siento que, somos, básicamente, un excelente equipo. Y ahí salgo un poco de nuestra historia de amor para sumar a nuestros hijos porque quiero rescatar eso: el nuestro es un team de 4 en el que cada uno ocupa su lugar y tira para adelante. Aunque suene antiguo, para mi no hay nada más importante en el mundo que mi familia.
Cada uno tiene su rol y lo disfruta a pleno
-Elizabeth tiene muy bajo perfil, se conoce poco de ella… ¿Se dio así de casualidad o fue algo que ella eligió?
-Yo creo que es muy dificil conservar una familia cuando las dos personas son públicas y lo hablamos mucho con ella porque ambos queriamos tener una vida “normal”. Por eso, justamente, elegimos entre los dos, que fuera yo el que salía a maquillarse en público mientras el otro permanecía en “la cueva” cuidando el hogar. Insisto: fue algo muy charlado y los dos disfrutamos de que asi sea.
-Entonces debe haber sido difícil cambiar estos roles cuando vivieron en España….
-Ufff… ¡Fue durísimo! Porque, claro, tuvimos que cambiar de esquema y no por decisión nuestra: era una necesidad. Pero hoy siento que esa experiencia nos fortaleció mucho, tanto como pareja, como a nivel personal. Los dos salimos más sólidos y resistentes de esa vivencia.
También hay enojos
-En el 2018 participaste de un ritmo del Bailando por un sueño y Esmeralda Mitre te dio un beso apasionado del que se habló mucho… ¿Es verdad que después de eso tuviste que dormir 3 días en el sillón de tu casa?
-(Suelta una carcajada) ¡Fue hace mucho tiempo eso! Pero sí, es cierto: me freezaron unos días.
Mirá el video:
-¿Fue la única vez o pasaste varias veces por el freezer?
-Hemos tenido nuestras discusiones… ¿Para qué te voy a mentir? Cada tanto se cabrea un poco, no lo puedo negar. Pero yo creo que Elizabeth es muy inteligente y me da mucha soga, me deja barriletear y yo barrileteo. Pero siempre caigo al nido porque es allí donde soy realmente feliz. El sexo, la lujuria y las pasiones siempre están, pero el amor es mucho más que eso. Yo siento que no hay nada más lindo que ver tu propio reflejo, tu mejor versión, en los ojos de la persona que amás. Y eso nos pasa a Elizabeth y a mi cuando nos miramos.
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