Los abuelos del joven beato vivieron en Venezuela, donde aún viven sus tíos. En una entrevista contaron más detalles de la vida de Carlo Acutis.
Lo llaman el "patrono de internet". Desde el 10 de octubre es beato y ahora va camino a la canonización. Carlo Acutis murió de leucemia en 2006 a los 15 años, pero no antes de tener la oportunidad de tener un impacto en este mundo. El supo usar sus habilidades en Internet para crear una base de datos en línea que documentaba los milagros eucarísticos y evangelizar en tiempos de 3.0.
Su vida cautivó al mundo. Ahora se supo que Carlo tenía familia en América latina, precisamente en Venezuela. El sitio web venezolano Aleteia entrevistó a su tía abuela que contó nuevos detalles sobre la vida de este ser especial. Rosa Pellino es hermana de la abuela materna de Carlo.
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Rosa está casada con Miguel Dao, un famoso abogado de Caracas. “Esto es algo muy grande, indescriptible. Hemos llorado mucho y tenemos sensaciones encontradas. Estamos muy felices pero habríamos querido poder estar presentes en Asis para vivir ese momento con nuestra familia, pero la restricciones que impone la cuarentena nos impidió viajar. Busqué entre la gente a los míos y pude ver a los padres de Carlo en la pantalla. Puedo imaginar la emoción que tenían porque nosotros, acá en Caracas, no hemos dejado de llorar”, declaró Rosa.
¿Cómo es que la familia de Carlo está en Venezuela? El abuelo fue a Venezuela durante la Segunda Guerra Mundial, como tantos europeos. Pronto conoció a Luana y formaron un hogar. En ese hogar nació Antonia, la mamá de Carlo, quien contrajo matrimonio con Andrea Acutis. Así que, Rosa es tía de Antonia.
Según Rosa, de pequeño, Carlo lloraba por entrar a las iglesias, “pataleaba si no lo dejaban” y cada día rezaba con fervor y también predicaba para quienes lo quisieran escuchar.
No eran una familia de la que se podía esperar que produciera religiosos o santos. Son católicos, claro, pero del tipo que hoy llamaríamos “light”, según Rosa. “Tenía una niñera que era muy católica y la quería mucho. Tal vez fue ella quien más lo inclinó hacia todo ese mundo espiritual”, contó Rosa.
Cuando era más grande, de repente se levantaba de la mesa y corría a llevar comida y ropa a los pobres.
Rosa también cuenta que un día Carlo soñó que su abuelo estaba en el purgatorio y rezó mucho por él. La familia sabía que él tenía un don especial para ver y predecir, más allá de lo comprensible.
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“Cuando le diagnosticaron cáncer fue un golpe muy fuerte para toda la familia. Pero él siempre estuvo sereno y esperanzado en Dios. Yo tengo un hijo cercano a su edad y tiene un impresionante parecido con Carlo. Por ello la noticia fue aún más impactante”.
Rosa está segura de que Carlo llevó a los suyos más cerca de Dios y de su religión. Y que, con este acontecimiento maravilloso de tener en beato en la familia, seguramente se verán bendecidos y Carlo hará que su vivencia espiritual sea más profunda.