El sábado 26 de agosto pasado para la familia De Araujo era un día de festejo. Esa noche de verano, en Pont de Beauvoisin, en los Alpes Franceses, tenían el casamiento de unos primos. Fue durante la madrugada que ocurrió lo que parecía imposible en un acontecimiento familiar: su hija de 8 años, Maëlys de Araujo, desaparece en plena fiesta.
La alarma de los padres se enciende alrededor de las 3 de la mañana cuando no pueden encontrarla. Minutos antes había estado con su tía en el salón dónde estaban los chicos. Pero ya no está. Ni en el salón, ni en el jardín, ni en ningún sitio. Piden ayuda al DJ de la fiesta y por altoparlantes suman a los invitados a buscarla. Nada. Maëlys no está. Maëlys se esfumó en el aire mientras los adultos charlaban y bailaban. Una hora después la policía entra en acción.
¿Cuánto pesa? 28 kilos ¿Cuánto mide? 1.20 m ¿Qué tiene puesto? Un vestido blanco. ¿Quién la vió por última vez? Su tía que recuerda haber mirado el celular antes de las 3 de la mañana mientras estaba con ella. Los interrogatorios de los 180 invitados comienzan. ¿Testigoseo sospechosos? Perros, buzos, helicópteros y batallones de búsqueda se suman con el correr de las horas. Pero nada. Maëlys no está. Se ha concretado el terror básico de cualquier padre o madre. Jennifer y Joachim de Araujo, sus padres, están en shock. No saben aún hasta qué punto les acaba de cambiar la vida.
No pasan muchos días hasta que un invitado de último momento les llama la atención a los investigadores. Nordhal Lelandais es el único detenido como sospechoso. Niega todo. Joachim y Jennifer de Araujo al mes y un día de la desaparición de su hija, 28 de septiembre, deciden dar la cara y ruegan por tevé por más datos que ayuden a encontrarla.
EL SOLDADO DE LAS MASCOTAS. El personaje arrestado el 3 de septiembre por la fiscalía de Grenoble se llama Nordahl Lelandais. Tiene 34 años, es un ex soldado soltero y sin ocupación que vive con sus padres, y es un fanático de los perros y caballos. En algún momento tuvo una escuela canina a domicilio. Fue un invitado de último momento la noche del casamiento y la invitación fue para después de la medianoche. No era demasiado amigo de nadie. Hubo quienes dijeron que proveía drogas. Algunas contradicciones durante el primer y segundo interrogatorio lo pusieron bajo la lupa.
Veamos los resultados de la investigación de los expertos franceses.
--Se ausentó durante la fiesta en el horario que habría sido sustraída la menor entre las 2.45 y las 3.24 de la madrugada. Según él, para cambiarse porque había manchado su pantalón con vino tinto.
--Los perros de la policía llegaron olfateando a Maëlys hasta el parking donde Lelandais tenía estacionado su Audi 3, aquella noche de la desaparición. Dentro del vehículo los investigadores encontraron restos de ADN de Maëlys. Confrontado con la data finalmente admitió haberla visto y que ella y un amiguito habrían subido al auto a ver los sus perros. Jura que nada más que eso.
-El domingo 27 Lelandais llevó su auto a lavar concienzudamente con productos industriales. El se defiende diciendo que tenía pensado venderlo. Los perros de la policía enloquecieron al entrar al Audi lavado de Lelandais… el olor de Maëlys seguía presente.
--Recientemente se incorporó a la causa un video de cámaras de seguridad dónde se ve a un Audi 3 circular con su conductor y una figura pequeña blanca a su lado, la hora coincide con la ausencia de Lelandais y Maëlys. El sigue defendiéndose con uñas y dientes y asegura que no es él. Que no se ve la placa. Los investigadores identifican unos stickers que demostrarían que sí es su auto y que, entonces, sí sería Maélys la figura a su lado, que casualmente viste de blanco. Curiosamente cuando el auto retorna a la fiesta, la figura blanca ya no se ve en los videos. Por eso la policía sospecha que en ese lapso la mató y dispuso del cuerpo.
-Su teléfono celular estuvo offline 39 minutos en el mismo horario que se estudia que habría ocurrido el crimen. Luego pasó a estar en modo avión. Y finalmente se reactivó al volver al casamiento.
Por todo esto, el fiscal de Grenoble, Jean-Yves Coquillat, el 30 de noviembre acusó formalmente, después de 8 horas de interrogatorio, al ex soldado Lelandais de secuestro seguido de muerte de Maëlys de Araujo. Aunque su cuerpo no haya aparecido. El fiscal le dijo a la prensa que las repuestas del detenido habían sido “calmas y frías”.
Maëlys habría cumplido el pasado 5 de noviembre, 9 años. Y su ausencia le duele a toda Francia.
ASESINO ¿SERIAL? El caso Maëlys hizo que la policía de la zona empezara a preguntarse qué pasaba con otros casos de crímenes y desapariciones y si podrían estar conectados con el ex soldado Lelandais. Y no tuvieron que investigar demasiado. Acaban de imputarle un segundo crimen. Están convencidos de que tendría que ver con la desaparición del soldado de infantería de montaña, Arthur Noyer de 24 años, el 12 de abril de este año. Noyer se esfumó al salir de un boliche, en la ciudad de Chambery, sólo a media hora del lugar dónde desapareció Maëlys. Creen que Noyer hizo dedo para trasladarse.
Los investigadores probaron que el teléfono celular de Lelandais estuvo activo en el área exacta en la que estuvo Noyer esa noche. No sólo eso. El Audi 3 negro de Lelandais fue identificado por las cámaras de vigilancia de los caminos de la zona y un análisis de su celular demostró que buscó en internet la frase “descomposición de un cuerpo humano”.
El cráneo de Noyer fue recientemente descubierto por un ciclista y reconocido por un test de ADN.
MUCHOS CRIMENES, UN SOSPECHOSO. Los investigadores planean reabrir diez casos no resueltos de crímenes y desapariciones en la región. Porque creen que podrían estar ante un asesino serial consumado. Uno de los casos que podría reabrirse es el del cuádruple crimen de la familia británica-Iraquí al-Hilli ocurrido el 5 de septiembre de 2012 en esta misma zona de los alpes. El 21 de diciembre último la procuradora de Annecy, Veronique Dénizot, confirmó al medio Telegraph, que el caso sería reabierto luego para tratar de probar si Lelandais estuvo involucrado.
Saad Al-Hilli (59, un hombre de negocios), su mujer Iqbal (47, ambos residían en Surrey con sus hijas) y su madre Suhaila Al-Allaf (74, ciudadana sueca de origen iraquí) fueron encontrados asesinados a tiros dentro de su BMW bordó en los Alpes franceses, en los bosques de Chevaline, cerca del lago Annecy. Estaban de vacaciones, disfrutando de un día de campo. Cerca de ellos también baleado, estaba el ciclista local Sylvain Mollier (45, trabajador de la industria nuclear y padre de 4 hijos). Se especula que el objetivo era la familia y que el ciclista sólo estuvo en el lugar equivocado, en el momento equivocado. Las hijas de la pareja, de 4 y 7 años en ese entonces, milagrosamente sobrevivieron al ataque. Una sóla pistola automática fue el arma asesina que disparó las 25 balas.
Zainab, la hija mayor, estuvo en coma inducido en el hospital de Grenoble, por sus heridas en el hombro y la cabeza. Al despertar del coma estaba aterrada. Zeena, la menor de 4 años, no tuvo heridas y fue enviada rápidamente a Gran Bretaña con el resto de su familia. Ella se escondió entre las piernas de su madre durante el ataque y no habría visto nada.
Si bien hubo miles de teorías, la que ahora vuelve a cobrar importancia es la del asesino serial. Un asesino serial que podría odiar a los extranjeros (en julio de 2012 había ocurrido otra misteriosa muerte de una turista). Hay testimonios de testigos que dicen haber visto a un motociclista misterioso ese día en la zona. Por otro lado, una conductora denunció haber sido amenazada por un hombre encapuchado en una 4x4 oscura. Ese hombre, según la denunciante, tenía un arma.
Y como si esto fuera poco, ya circulan fuertes versiones que dicen que la policía intentará determinar si Lelandais está también involucrado en la desaparición de Adrien Mourial, un joven belga de 24 años, que se esfumó en las cercanías del lago Annecy, en julio de este año, y de Jean-Christophe Morin, desaparecido en 2011 y de Ahmed Hamad, en 2012. Una horrorosa lista de víctimas que pareciera concentrarse en un área paradisíaca.
La armada francesa no quiso comentar el caso Lelandais y dicen que fue dado de baja en 2005, después de cuatro años de servicios por motivos psicológicos y abusos de drogas. La revista Paris Match reportó que en 2009 fue apresado por provocar un incendio. Todos buscan y rebuscan en sus archivos. Quizá por fin hayan encontrado al culpable de tantos crímenes. Pero, por ahora, final abierto. Lelandais que está tras las rejas niega y niega, pero ya son demasiados los que están convencidos que con él adentro están mucho más seguros.
Texto: Carolina Balbiani
