Pasaron 12 años de la desaparición de Sofía Herrera, el caso que conmovió al país. Ahora se pidió a Interpol la captura internacional de un sospechoso, mientras María Elena Delgado y su marido siguen la búsqueda con un perfil actualizado: su hija hoy tendría 15 años.
El cuarto de Sofía permanece intacto, con sus juguetes y su ropa. Detenido en el tiempo. Así lo quiso conservar María Elena Delgado desde que hija desapareció, sin dejar rastro, del camping John Goodall, al sur de la ciudad de Río Grande. "De contextura física delgada, 3 años de edad, tez trigueña, cabellos largos hasta los hombros, con ondas, color negro, ojos oscuros, sin seña particular”. Todo el país estaba empapelado con afiches con la foto de Sofía Herrera y la descripción de sus características físicas. Hoy la imagen fue reemplazada, gracias a la tecnología, por un perfil actualizado del rostro Sofía: hoy tendría 15 años.
La chiquita desapareció el domingo 28 de septiembre de 2008. María Elena –con un embarazo de 5 meses– , Fabián Herrera, su marido y la chiquita había ido a pasar el día junto a la familia Rodríguez (Silvio, su mujer Paloma y sus hijos de 7 y 6 años). Aquel día Sofía caminaba tras su papá, para buscar un lugar donde hacer un asado, pero en algún momento se separó y nunca más la volvieron a ver.
Pasaron 12 años y ahora, la Justicia de Tierra del Fuego le pidió a Interpol la captura internacional de José Dagoberto Díaz Aguila, apodado “Espanta la Virgen”, un jornalero de nacionalidad chilena nacido en Castro, zona de Chiloé, con DNI argentino y de 51 años de edad: se lo vincula a la desaparición de Sofía.
"La verdad tenemos miedo... No sabemos que se puede llegar a encontrar", le confiesa a Para Ti María Elena con respecto al pedido de captura del sospechoso de la desaparición de su hija.
¿Qué saben de este hombre?
No lo vimos nunca. No lo conocemos. Desde el principio su nombre está en la causa. Él había hablado con un policía en calidad de testigo. Había dicho que un amigo le había contado que Sofía había caído en una trampa de zorro y que el hombre la había enterrado. La policía, un juez y nuestro abogado fueron hasta el lugar donde supuestamente estaba enterrada y gracias a Dios mi hija no estaba ahí.
¿Cómo se hace para seguir viviendo con la incertidumbre de no saber qué le pasó a tu hija?
Nosotros siempre tuvimos la esperanza de encontrarla con vida, porque era una nena chiquita... Pensamos que tal vez alguien se la llevó con el fin de criarla. Con tres años y 8 meses era chiquita... Las cosas de ella están en casa, sus juguetes, su ropa. Incluso conservo ropa sucia por si en algún momento algo de la tecnología avanza y se puede llegar a utilizar. Con el paso del tiempo para los perros ya no sirven esas cosas, pero la tengo guardada en bolsas, en un lugar frío para que no se deteriore y se conserve el olor de Sofía, siempre pensando en su búsqueda
¿Qué sentiste al ver el perfil actualizado que muestra cómo sería Sofía hoy?
Es un impacto muy fuerte. La cabeza del ser humano no está preparada para ver a un hijo en una foto en una proyección de edad cuando no lo viste crecer. La cabeza no lo puede asimilar pero confiamos en las personas que lo hacen y decimos: hoy Sofía debe ser así. Salimos con esa nueva imagen a buscarla, a pedirle a la gente que la publique en redes sociales, donde la gente colabora y ayuda muchísimo. No nos cansamos de mirar la nueva imagen hasta que te vas acostumbrando...
Pero yo tengo en mi cabeza la imagen de mi hija de tres años y ocho meses que usaba mamadera y chupete, y sus palabritas que no las pronunciaba del todo bien (N. de R: María Elena se quiebra).
¿Cómo vive toda la situación tu otra hija, Giuliana? Ella nunca conoció a Sofía.
Ella lo vive como puede, como le tocó. Es una víctima más de lo que vivimos como familia. Ella se crió con la búsqueda de su hermana... Siempre que yo viajé por Sofía, ella se ha enfermado debido a que me extraña. Yo viajaba y al otro día ella estaba con fiebre, resfrío y tos.
Cada vez que alguien da el paradero de alguien que puede ser Sofía y luego no es, debe ser muy duro. ¿Qué hacés para reponerte de estas situaciones?
En los primeros tiempos era muy doloroso. Mi marido en todas las fotos que nos mandaban él decía"¡es!" y yo le decía que no era, hasta que lo trabajaba la justicia y determinaba que no se trataba de Sofi. Fue muy doloroso ver que llegaba una foto, alguien que nos decía "nosotros tenemos un dato", y nosotros creíamos plenamente. Después, con el tiempo, lo fuimos tomando con pinzas porque creo que sino con el tiempo hubiéramos enloquecido. Con el tiempo fui tranquilizándome un poco, teniendo más paciencia. Con cada nueva foto decía "no es mi hija, esperemos que la próxima lo sea". Siempre con la esperanza... Cada vez que me dicen que me mandan una foto, son momentos de pedirle a Dios, al universo, que se trate de Sofi esa nueva foto que vamos a abrir.
¿Creés que la vas a volver a ver?¿Cómo soñás el reencuentro?
Ojalá que sí, que la vuelva a ver, que la vuelva a abrazar. Ojalá que Dios, el universo, la Virgen pueda ayudarnos en eso. El reencuentro me imagino el día más feliz de mi vida, uno de los días más felices de mi vida. La vamos a tener con nosotros, la vamos a cuidar, a darle todo ese amor que teníamos guardado para ella. Sí, uno de los días más felices de mi vida, sin duda.