El arquitecto Juan Trivelloni diseñó esta casa cubo con patios y jardines internos, pérgolas y galerías que permiten diferentes puntos de encuentro. Muros en tonos intensos y contrastantes dejan su impronta desde la fachada hasta el interior.
La obra del arquitecto Juan Trivelloni (http://@juantrivelloni) sobresale por su diseño en varios planos, con columnas que dejan entrever espacios mágicos en donde el verde es protagonista. Este plano abierto del exterior de la casa permite apreciar su perfecta geometría: un cubo de 270 m2 vestido casi por completo con un revestimiento rústico (Tarquini) color obispo. Un deck de lapacho recorre todo el perímetro. A un costado de la entrada se ubicó el garage, con piso de adoquines.
En el amplio living se enfrentan un sofá tapizado en gabardina camel con patas de madera (Laura O.) y otro de tres cuerpos en cuero ecológico capitoné color habano. En el centro se ubicaron dos mesas de madera de 60 x 60 cm. y en los costados se sumó una auxiliar algo más chica, con patas de madera y tapa de mármol de Carrara (Laura O.). Una alfombra turca y un camino marroquí (Facundo Lhez) aportan calidez y color. La chimenea es el único detalle de construcción en una pared armada casi por completo con paneles de vidrio. La decoración hace uso de pocos objetos pero de fuerte presencia. Como muestra basta echarle un vistazo al centro de mesa artesanal de cerámica en la gama de los naranjas y a las esferas artesanales de cerámica rústica pintadas a mano en visón y óxido. Los textiles tienen en esta casa la función máxima de encender el color. Los almohadones tapizados en kilims antiguos y el throw de seda cumplen ese rol desde uno de los sofás. Al fondo, sorprende la rigidez arquitectónica de la chimenea de mampostería con una base de cemento alisado que se extiende hacia un lado para darle forma a un estante flotante.
El dormitorio principal tiene una cama queen en guatambú con respaldo irregular tapizado en jean. La mesa de luz doble, de la misma madera en 60 x 40 cm., tiene cajoneras y espacios para guardado (Alejandro Rizzi) y lleva un velador de pergamino en treillage (Eugenio Aguirre). El color corre por cuenta del cubre edredón y los almohadones en corderoy y en composé de géneros ($ 250 y desde $ 45 c/u, Ramos Generales) y del kilim y el pie de cama turcos (Facundo Lhez).
El toilette se pintó de un amarillo intenso. Sobre la pared estucada apoya la mesada flotante de madera oscura, con bacha de apoyo y grifería Temple (http://fvsa.com). Un espejo de 40 cm. de ancho por 1,40 m. de largo la secunda. Para el dormitorio infantil, en cambio, la apuesta fue por un alegre violeta. La cama con carrito de madera laqueada fue concebida como un sillón y lleva un acolchado a rayas y almohadones de algodón.
Para terminar, una mesa de madera de 80 x 80 cm. con sillas tijera (Easy) luce su impronta rústica en la galería coronada con una gran abertura hacia el jardín. La parte baja de la ventana lleva un sillón de mampostería trabajado con el mismo revestimiento color obispo que le da personalidad a la casa. El camino de piso turco, la alfombra marroquí y el almohadón tapizado en kilim suman más color. Como iluminación, una lámpara esfera de vidrio con venecitas de colores (Mercado de Pulgas de Dorrego).
Producción: Andrea Sanguinetti
Fotos: archivo Ed. Atlántida.