El COVID-19 afecta a todo el mundo. Nadie es ajeno a la pandemia. Con apps, viandas, colectas y mucha receta en redes sociales, así es como está la gastronomía hoy. Cómo combaten los chefs y dueños de bares y restaurantes y cómo se rearman.
La cuarentena en Argentina paralizó a los restaurantes y bares casi por completo. Fue por una buena razón, enfrentamos a algo desconocido y, sin una vacuna ni una receta cierta, los gastronómicos se aferraron a la única cosa que sí resulta efectiva:
el distanciamiento social, la única forma de ganar tiempo mientras se da con una cura. Pedirles estar lejos de las personas y dejar de interactuar a ellos ¡que se dedican a la hospitalidad!
En Argentina, muchos cerraron sus puertas mucho antes de que se decretara la cuarentena obligatoria, entre ellos Narda Lepes con su Narda Comedor y Comedor Diario: "ahora estamos todos cerrados pero lo fuimos haciendo ya cada uno a su tiempo -cuenta la cocinera-. Nosotros cerramos bastante rápido".
También Germán Martitegui con su todo Tegui: "la decisión la tomamos en equipo, me pareció que no era algo para hacer solo. Lo pensé mucho, escuché mucho y por sobre todo, vimos lo que estaba pasando en otros países", explicó el chef a Para Ti.
"Lo que hace esta situación es igualarnos, siempre que está la vida y la salud involucrada pasa eso. Personalmente sentí la necesidad de cuidar a mi equipo y a la gente", cuenta Germán a Para Ti.
Pero, pasa en Argentina y pasa en el mundo. La historia que vivimos acá se repite en todo el mundo. Asia, Europa, América en ese orden... la COVID-19 nos afecta a todos.
Nueva York, ¿el ombligo del mundo?
Los Estados Unidos está señalado como EL lugar donde más va a afectar el coronavirus estos días y la ciudad de Nueva York (una de las principales entradas del mundo al Continente y crisol de culturas) es sin lugar a duras donde se le toma la temperatura a la situación de la gastronomía.
Allí, el brote del coronavirus impulsó una situación de cuarentena similar a la de la Argentina: cierre de restaurantes y bares para evitar la propagación. Solo se mantienen quienes tengan comida para llevar.
COVID-19, una enfermedad seria
La comunidad internacional gastronómica sintió profundamente el golpe. El coronavirus atacó principalmente a Europa, aquellos que venían de allí aún son considerados infectados en potencia.
Así sucedió con el famoso chef Floyd Cardoz (59). Famoso por elevar la culinaria de su India natal, era chef ejecutivo de Tabla y habitué en tevé en programas como Top Chef Masters. Cardoz venía desde India vía Frankfurt: estaba filmando la serie "Uggly Delicious". El 18 de marzo dio positivo en la vecina ciudad de Nueva Jersey y a los pocos días falleció.
¿Una nueva era?
Profundamente dolido por la pérdida de su amigo, el top chef David Chang comentó acerca de la COVID-19 y la industria de los restaurantes: "Esta es una oportunidad para que nosotros evaluemos cómo vemos a la comida, cómo la pensamos", describió Chang, host de "Uggly Delicious".
"Que ya no nos preocupe tanto ser cool y crear tendencias -continuó el chef-, lo que importa es tu meta personal: para quien cocinás. Para mí ahora -y creo que así será por siempre- será alimentar a alguien tan rico de manera le de felicidad y alegría. No me importa nada más".
La solidaridad de los gastronómicos ya es noticia: el chef José Andrés está en la tapa de revista Time. Y el asunto es el por qué: se trata de su cruzada del cocinero y empresario español -uno de los más renombrados en los Estados Unidos, donde vive desde hace ya treinta años- por alimentar a personas en situación de riesgo con su fundación World Central Kitchen. Cuántas más, mejor.
Comenzó en la ciudad de Nueva York donde convirtió las cocinas de sus restaurantes en zonas bien higienizadas de preparación de alimentos para personas con pocos recursos en comedores comunitarios. También se encargó de alimentar a aquellos varados en cruceros encuarentonados.
Porque "Separados, pero no solos", dice. "Andrés da una lección de liderazgo en un momento de crisis", destacaron. En tiempos de pandemia, se ve lo mejor y lo peor de las personas.
Cuesta arriba, para todos
Nadie está exento de nada. El coronavirus no da tregua. No son pocos los que comenzaron a preocuparse, desde los más chicos hasta los más grandes.
Como en muchos rubros, mientras nos mantenemos en casa da para pensar: ¿cómo pagarán los sueldos sin clientes en sus salones?, ¿qué pasará con los alquileres?, ¿qué pasa si nadie más puede salir a comer? Se pide por subsidios, créditos, retrasos en pagos de impuestos para enfrentar semejante parate.
Una batalla a largo plazo
Pero mientras, los cocineros no se quedan en casa sin hacer nada. La crisis de la pandemia hizo que muchos se vieran empujados a reformular su modo de trabajo:
con el delivery como única opción por el momento o bien convirtiéndose en una suerte de proveduría, con insumos y preparaciones que podamos freezar y preparar cuando sea necesario.
La industria de la hospitaldad
La incertidumbre es la peor enemiga hoy. No se sabe cuánto durará, se combate el día a día. Sin embargo, compartir lo que los gastronómicos mejor saben. Así, en todo el mundo se ve cómo comienzan a utilizar las redes sociales, para dar una mano con recetas y tips.
Pocos como los cocineros saben cómo hacer rendir un producto. Qué sabores, cómo hacer para no aburrir ¡y aburrirte! Hoy, más que nunca, usan las redes: cada cual a su manera.
"Yo estoy haciendo lives más que poniendo recetas, porque para hacer recetas la gente sale a comprar, ¡y yo no quiero que salgan! -confiesa Narda Lepes-. Así es que hago lives y me dicen que tienen y los ayudo. Trato de que los otros hagan lo mismo", destacó la cocinera.
No por nada, los gastronómicos son los reyes en la industria de la hospitalidad. Aún cuando tienen las persianas de sus negocios bajas al público, muchos optaron por cuidar a quienes nos cuidan -equipos médicos, policía y puestos como recolectores de basura. Y lo hacen a su manera: dándoles de comer, ofreciéndoles el desayuno o enviándoles la cena.
Ordenar y barajar de nuevo
La industria gastronómica se va a poner de pie, sabe de reinventarse, como todas. "Decidimos cerrar, pero teníamos en carpeta muchas alternativas -detalló Germán Martitegui a Para Ti-.
Nadie puede decir que no somos luchadores y emprendedores: desde un increíble menú de rotisería, uno para repartir nuestros productos crudos y otro de panadería".
"Pero finalmente entendimos que la lucha es otra: es quedarnos quietos en nuestras casa, salvar nuestras vidas sin movernos. Esperar y llenarnos de energía para cuando el mundo vuelva a funcionar y estar ahí para apoyar en lo que haga falta. Adaptarnos a nuevo orden que va a surgir de esto", apuesta Germán.
Mientras, #QuedateEnCasa (y mirá este bonus track, de Gordon Ramsay bailando con su familia desde la cuarentena, como nunca antes lo viste)