La luz tiene un rol fundamental en nuestras casas, y a partir de 2020 tomamos mayor consciencia de la importancia de pensar en la correcta iluminación de nuestros ambientes.
Nos preocupamos por tener espacios aireados, con amplias ventanas y por complementar con una linda luz artificial. Y, rápidamente, al pasar tantas horas en nuestro hogar, nos dimos cuenta de la relación directa que hay entre la luz y nuestro estado de ánimo. De hecho, es recomendable iluminar un estudio, un comedor o una habitación siguiendo pautas diferentes.
Exploramos qué herramientas nos ayudan para iluminar uno de los sectores en los que más tiempo pasamos en nuestra casa: el escritorio o estudio. Nuestros dos aliados claves: las ventanas (luz natural) y las bombillas (luz artificial).
Ventanas y cortinas: una pareja de luz y sombra
Ya todos sabemos que las ventanas son fundamentales porque no hay buena iluminación sin luz natural. En general, no tenemos la posibilidad de construir nuestro hogar y la decisión de qué ventanas, cuántas y dónde, no es nuestra. Pero sí es nuestra decisión cómo construimos un ambiente a partir de las ventanas que disponemos.
Las ventanas orientadas al Norte, por ejemplo, son las que reciben más luz en el día. Elegir estas ventanas para trabajar es una buena idea porque es un lugar en el que planeamos estar la mayor parte de nuestra jornada. Lo mismo con la cocina o el living-comedor.
Algo fundamental a tener en cuenta para este tipo de ventanas son las cortinas. Porque, aunque necesitamos luz para trabajar, ¡no nos tiene que resultar invasiva! Una opción muy práctica (¡y de diseño!) para los espacios dedicados al trabajo son las Roller en tela Screen de Hunter Douglas.
La tela screen está hecha en base a una trama que genera aperturas en la tela, lo que ofrece una excelente visión del exterior a la vez que genera un filtro de luz ideal para zonas de escritorios. Este tipo de cortinas se adapta a cualquier estilo; aunque el blanco es el color que más relacionamos a una cortina, la opción en negro queda súper elegante y también permite un buen paso de luz.
Ahora, ¿qué pasa si la ventana de nuestro estudio da al este o al sur, orientaciones que no permiten tanta entrada de luz? ¿O si dan a la calle o al vecino? La clave está en cortinas regulables, capaces de dejar pasar la mayor cantidad de luz en las horas que lo permitan y en otorgarnos la privacidad que necesitemos.
Uno de los modelos de la línea premium de Hunter Douglas, Duette® TopDown-BottomUp, ofrece un sistema que permite accionar las cortinas desde la parte inferior o superior, ideal para obtener luz o intimidad en el preciso lugar de la ventana que se desea.
Otro modelo que cumple funciones similares es la cortina Pirouette®, también de la línea premium de Hunter Douglas. Su sistema Invisi-Lift™ permite recoger la capa frontal, dando lugar a sofisticados pliegues con los que se gradúa el paso de la luz y la privacidad.
¿Luz artificial cálida o blanca? ¡Ambas! para una iluminación completa
No hace falta que nos casemos con ninguna, la clave es permitirnos jugar con las dos e ir pensando cada lugar según la luz que convenga.
Para el espacio de trabajo, por ejemplo, es una buena idea contar con una luz blanca general, que nos ilumine de forma protagonista y pareja; y complementarlo con ciertos puntos de luz cálida. Esto nos permitirá disponer de dos sensaciones distintas: la blanca nos motiva a la actividad y al movimiento y la cálida nos brinda un momento de relajación y de descanso.
Si querés conocer más acerca de las opciones de cortinas de Hunter Douglas, podés hacer click acá.
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