Así como el DT argentino Jorge Sampaoli debe estar fijándose qué riesgos implica Islandia para la Selección en su camino hacia la deseada Copa del Mundo, más de un argentino debe haber tenido que repasar un planisferio para redescubrir en qué lugar preciso del planeta se encuentra el primer rival de la Argentina en Rusia el próximo 16 de junio.
Islandia se ubica muy arriba en el mapa, en el tope del Atlántico Norte, cerca del Polo Norte y a mitad de camino entre Noruega y Groenlandia. Es una solitaria isla (su superficie apenas representa un tercio de la provincia de Buenos Aires y su población –334.000 habitantes– es un cuarto de la que tiene el partido de La Matanza) con innumerables atractivos naturales y también sociales.
A pesar de su escasa tradición futbolera, la victoria 2 a 0 frente a Kosovo que la clasificó al Mundial se celebró casi hasta el éxtasis en las calles de su capital, Reikiavik, bajo una intermitente caída de aguanieve.
Tan particular es el clima aquí que los islandeses se rigen por un calendario nórdico que comprende dos estaciones: invierno y verano. Este último se extiende de abril a octubre, y el resto del año es un largo y duro invierno en el que el sol asoma sólo unas tres horas al día.
En el verano tiene lugar el efecto contrario, especialmente durante los meses de junio y julio, cuando el astro no llega a ponerse: a este fenómeno natural se lo llama sol de medianoche. “Los vikingos”, como se denomina a los integrantes de la selección de fútbol local, realizan ante cada partido un ritual de guerra nórdico batiendo las manos sobre sus cabezas, que rinde homenaje a los conquistadores que arribaron a estas tierras hace cerca de un milenio.
CIENCIA FICCIÓN Y REALIDAD. El contexto natural en Islandia es tan fascinante que convoca a 1,8 millones de turistas por año, cinco veces su población. Hace más de 150 años este lugar iluminó la mente del genial Julio Verne, quien situó aquí el imaginario punto de partida de su Viaje al centro de la tierra.
Este sitio tuvo su origen hace unos 20 millones de años, tras una serie de estrepitosas erupciones volcánicas submarinas, cuya actividad sigue latente a través de fantásticos géisers que hoy atraen al turismo tanto como los fiordos, montañas, lagos, valles, aguas termales, glaciares, antiguos campos de lava y vistas tan bellas como exóticas.
Islandia cuenta con cinco parques nacionales y reservas protegidas que conservan intactas todas estas maravillas. Sin embargo, también llama la atención por varios aspectos de índole social. En principio, podemos decir que se ubica en el top 10 del índice de Desarrollo Humano elaborado por la ONU, que incluye las capacidades de una sociedad en términos de salud, conocimiento y goce. Otro dato curioso es que su capital no cuenta con ningún local de McDonald’s.
Además, Islandia carece de ejército y se destaca a nivel mundial en cuanto a la libertad y paridad entre sus habitantes: fue la primera nación del mundo en exigir a las empresas el mismo salario independientemente del género o etnia al que pertenezca cada persona.
Es también conocida como el mejor país para vivir siendo mujer, concepto que surgió cuando el 24 de octubre de 1975, organizaciones femeninas se tomaron “el día libre” para reclamar por sus bajos salarios y la falta de reconocimiento a su rol en la sociedad. Las licencias por maternidad y paternidad son las más generosas del mundo: nueve meses con un 80 % del sueldo (tres meses para la madre, tres para el padre y otros tres para que los dividan entre ellos).
Sin embargo, no están exentos de problemas. En 2008, el país afrontó un severa crisis económica, con ribetes similares a la vivida en Argentina en 2001. Pero se pusieron de pie de la mano de una primera ministra, Jóhanna Sigurðardóttir, la primera persona abiertamente homosexual en presidir un gobierno. Hace unos pocos meses la sucedió en el cargo otra mujer, Katrín Jakobsdóttir, de 42 años, miembro de Movimiento Izquierda-Verde.
En definitiva, ante esta filosofía de vida y el perfil de la sociedad, el éxito o el fracaso de “los vikingos” en el Mundial de Rusia seguramente se mida más allá del resultado que obtengan frente a la selección argentina en su debut. Aunque el entrenador del equipo, Heimir Hallgrimsson (quien a raíz del espíritu amateur que aún reina en Islandia respecto al fútbol sigue trabajando a la vez como odontólogo), ya le envió un mensaje a través de los medios al 10 argentino: “Si pudiera hablar con Messi antes del partido, le diría: ‘este es el primer partido, luego queda mucho por jugar. Así que relájate, no hagas nada...’”.
GUÍA DE VIAJE
Viajá: no hay vuelos directos entre Argentina e Islandia (se llega vía Londres o países nórdicos). El costo base de ida-vuelta es de US$ 1.850 y los mejores meses para viajar son junio, julio y agosto.
Dormí y comé: una habitación doble en un hotel de tres o cuatro estrellas puede costar US$ 180. Una comida alcanza los US$ 40 o 50. Las sopas islandesas son potentes y el bacalao es un clásico.
Pagá: casi todo se paga con tarjeta y la moneda oficial es la corona islandesa (1US$=100 coronas). x Hablá: el idioma islandés es complicado, pero también se habla inglés.
Textos: GERMÁN HEIDEL Fotos: LATINSTOCK
