Desde que comenzó la pandemia, los shoppings están cerrados. ¿Y después qué? ¿Cómo cambiará la rutina de paseo y compras por sus pasillos y locales después de la cuarentena estricta? ¿Cómo será su nueva normalidad?
Nuevas costumbres están instalándose entre nosotros y, si bien aún extrañamos ir de paseo al shopping, nos hacemos a la idea de cómo será lo que vendrá: una experiencia en solitario, donde (enfundadas detrás de nuestros barbijos) apuntemos a ir a comprar lo que necesitemos.
"Imagino que implementaremos un conteo de cuánta gente puede entrar al shopping y cuántas personas a cada local", comenta la diseñadora Clara Ibarguren.
Seguramente será de acuerdo a los metros cuadrados del lugar, como sucede con los negocios actuales, a la calle. "No más de dos personas por vez por el distanciamiento social", remarca la diseñadora.
Más estricto que lo que ya empezaron a implementar en shoppings inmensos como el Aventura Mall en Miami, Estados Unidos donde la exigencia llega a usar barbijo.
Prohibido probarse la ropa en el shopping
¡No! La ropa no nos la vamos a poder probar. La elegís, la pagás y te la probás en casa. Lamentablemente se sabe que el virus se mantiene latente en las telas por horas de manera que es peligroso el dudar en talle y o color. Queda por ver aún qué medidas se toman si una la compra y necesita devolverla.
En España por ejemplo, para reabrir los negocios de indumentaria apelaron a la desinfección de los probadores después de cada uso. Al compromiso y la responsabilidad social:
las prendas que los clientes se prueben (y no se lleven) deberán pasar una cuarentena de 10 días. Algo casi imposible de replicar acá.
"Aunque lo que sí se puede hacer es, cada vez que alguien toque algo, desinfectarlo. En indumentaria usamos mucho el steamer y se sabe que el vapor caliente ayuda", asegura Clara.
Los locales de ropa en el shopping en tiempos de pandemia
"A la ropa la elegís y la pagás en mostradores. Eso sí, con una barrera sanitaria de acrílico o de vidrio para que no exista contacto entre la clienta y la vendedora", describe Ibarguren.
"Como siempre, hemos usado tarjetas de crédito o débito para evitar el paso de billetes, así de la misma manera que hacemos hoy las compras en el supermercado".
"Vamos a seguir todos los pasos que nos vayan dictando. Pero así como hoy se vende ropa en los super es injusto que nosotros aún no podamos. Sería así: con poca gente y un ingreso controlado, los shoppings pueden andar", afirma la diseñadora.
El espacio público en los centros comerciales
No todo depende de cada local, los shoppings tienen muchos espacios en común.
"Además de alcohol en gel por todo lados, imagino felpudos con lavandina afuera de cada local para que se puedan limpiar los zapatos antes de entrar y una higienización intensa en los espacios públicos", afirma Ibarguren.
En los shoppings que abrieron en los Estados Unidos se redoblaron las medidas de limpieza. Además hay señalización en el piso que indica en qué sentido caminar (y cuánto distanciamiento social debe haber en las colas). Lo mismo se planea por estos lados.
También el máximo de personas en cada ascensor (el mínimo indispensable).
El futuro del paseo por el shopping
"Ir de shopping" implica más que ir a comprar algo, una muchas veces una quiere ir a pasear. Con los espacios comunes tan restrictivos, la experiencia de almorzar ahí, tomarse un café, hacerse un masaje express, teñirse el pelo, ir al cine o simplemente caminar con los chicos (juegos, abstenerse) será definitivamente distinta.
Los shoppings se reconvertirán en sofisticadas tiendas reunidas todas en un mismo lugar. Si son al aire libre, ¡mejor!
"No más ir a comprar al shopping acompañada 'para mostrarte cómo te queda'. Te va a dar tiempo para que vos elijas qué te gusta".
En los Estados Unidos, algunas tiendas hicieron de los shoppings el punto donde recoger los pedidos online. Tiendas como Bloomingdale's acercan las bolsas hasta el estacionamientos y depositan los paquetes en los baúles de sus clientes.
Al shopping sólo para lo esencial
Así: pasar el día en el shopping dejará de ser un plan. Porque en realidad vas a depender de a cuántas personas se les ocurrió lo mismo que a vos ese día. Pensalo como ir a lavar el auto. Vas hacés lo que necesitás y volvés satisfecha, aunque sin mucha interacción.
También deberán cambiar la costumbres de juntarse ahí con amigos y, atención: ya no más ir acompañada "para mostrarle cómo te queda".
La salida al shopping se convertirá en algo utilitario, pero no por eso malo: te va a dar tiempo para que vos sola decidas y elijas qué te gusta.
El trato personalizado en los locales de ropa
El rol del vendedor va a ser fundamental. Nadie quiere contagiarse, así que los cuidados serán de los dos lados. Toca moverte dentro del shopping como si pudieras contagiar.
"La vendedora te puede asesorar, responder tus preguntas. Más en lo shoppings donde se suele conocer a las clientas. La gente tiene ganas de hablar con una persona. Mas allá del Zoom, necesita contacto humano", asegura Clara Ibarguren. "Y quiere charlar de algo más que el coronavirus".
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