Susana Giménez fue al teatro a ver el espectáculo de Roberto Moldavsky. En la que fue su primera salida nocturna, la diva fue al teatro Apolo a aplaudir desde la primera fila al humorista, que encabeza la puesta El Método Moldavsky.
Al finalizar la obra, Roberto se acercó a la platea llevando un ramo de rosas amarillas para Susana. "¿La pasaste bien, te divertiste?", le preguntó el humorista a la actriz. "Sos un genio, te admiro profundamente", le contestó Susana. "Y me encanta que hagas reír a la gente en un año que no fue muy risible", agregó la diva. Y Moldavsky bromeó: "¿Por qué lo decís? ¿Pasó algo?". "¡No, una boludez!", le siguió el juego la actriz provocando las risas de todos los presentes.
Susana, que volvió al país la semana pasada tras haber tenido COVID en Punta del Este, habló hace pocos días por primera vez de su internación y su convalecencia en una entrevista concedida al Noticiero de Telefe. "Mi COVID fue muy grave. Yo no me imaginé nunca que era una cosa así. Hay gente que lo tiene de distintas maneras, mi hija lo tuvo y no tuvo absolutamente nada. Yo tuve neumonía bilateral. Fue horrible. Y las secuelas que te deja", fue lo primero que dijo la diva.
Y reveló que la llamó el Dr. Gustavo Lopardo que es infectólogo y le dijo: "'Ahora el pelo se te va a poner un poco paja y se te va a caer'. Y todo lo que pasa... El dolor de cuerpo. Y a mí me pasa porque son secuelas". También comentó que por momentos sufre de pérdida de memoria, -"la nube blanca", dijo-, que también es otra consecuencia de la enfermedad.
Conmovida, agregó: "El peor miedo fue morirme primero, y después que me entubaran. Si me tenían que entubar, dije que no... Déjenme ir porque no lo voy a soportar. Y fue lo que le pasó a mi maquillador, que no soportó el entubamiento, cuando lo despertaban se ponía como loco. Te duermen para ponértelo. Ese fue mi mayor miedo, el entubamiento. No tenía ganas de morirme en ese momento. El terror que te agarra, estás solo en un cuarto, te ven por una ventanita y no saber qué te pasa. Yo lloraba por todo".
Otra vez volvió a nombrar al Dr. Lopardo: "Me decía: "vos no te vas a morir". Empecé a decir voy a tomar el agua. Hay que tomar mucha agua, y la detesto. Y no la tomaba. Pero un día dije "me voy a salvar y empecé a tomar los vasos de agua todo el tiempo".
"Yo creí que me había tocado. Al principio todos me decían "bien, bravo". Y después, con los días, no me decían nada. Y dije "acá pasa algo". No te dicen nada. Porque ellos no saben tampoco cómo reaciona uno. Me salvaron dos inyecciones muy fuertes y muy caras que las consiguieron en el sanatorio", comentó. Y luego cerró diciendo que cuando le dieron el alta sintió que "fue volver a nacer... Fue increíble".