Camila Rego tiene 16 años, hizo un viaje por Hawaii y Estados Unidos junto a sus padres. Le faltaban dos días para regresar de Los Ángeles, Estados Unidos, a Buenos Aires, cuando cancelaron su vuelo. Acá cuenta la odisea de su regreso a Argentina en medio de la pandemia.
"En Hawaii lo que menos me preocupaba era el Coronavirus. Pero cuando íbamos para Los Ángeles nos empezamos a preocupar un poco más porque ponías la televisión y todo el tiempo se hablaba de Coronavirus: veíamos en todos lados que en países se cerraban lugares, espectáculos, fronteras... Compramos los barbijos y toallitas desinfectantes ya que no conseguíamos alcohol en gel en ningún lado".
"En los parques de Disney veíamos cómo desinfectaban los juegos, la gente empezaba a usar los barbijos y guantes. Cuando nos quedaban solamente dos días para volver nos dimos cuenta que nuestro vuelo estaba cancelado y no sabíamos que hacer ya que nadie nos informaba".
"Teníamos vuelo directo desde Los Ángeles a Buenos Aires por American Airlines. Cuando se canceló nuestro vuelo, tuve mucho miedo de no poder regresar a casa. Después de mucho insistir con la aerolínea, nos dieron un vuelo con varias escalas: Los Ángeles, México, Chile hasta llegar a Buenos Aires. Tardamos dos días en volver, pero estamos agradecidos porque si no fuera por ese viaje, no podríamos haber vuelto"
"En los aeropuertos de Estados Unidos, México y Chile estaba muy presente el tema del Coronavirus, había alcohol y carteles por todos lados y un montón de controles para las personas que se quedaban en el país. En cambio, cuando llegamos a Argentina, este domingo, solamente nos midieron la temperatura corporal con una máquina (ni siquiera te tenías que frenar porque pasabas caminando) y había muy pocos sectores con alcohol en gel y poquísimos carteles advirtiendo sobre precauciones a tomar".
"Cada cinco minutos en el aeropuerto de Los Ángeles pasaban un anuncio que decía: lavate las manos, cuidate, no te sientes al lado de alguien. Tomá todas las precauciones porque juntos vamos a poder salir de esta situación".
"Tuve mucho miedo en el aeropuerto de Los Ángeles. La gente estaba sentada separada, los asiáticos llevaban barbijo y alcohol en gel. Nosotros no conseguimos, sólo encontramos toallitas desinfectantes. En el aeropuerto de Los Ángeles preguntaban si habíamos estado en China tanto en el check in como en el mostrador antes de subir al avión. Yo pasé limpié la mesita y todo lo que pude de mi asiento y el de mis padres en el avión".
"En el avión repartieron toallitas húmedas y a cada hora tiraban un gas que supuestamente es para matar gérmenes. Además había alcohol en gel a disposición".
"Cuando el avión aterrizó, permanecimos hora y media hasta que pudimos bajar".
"Cuando llegamos, mi hermano nos trajo el auto. Nos esperó en el estacionamiento en otro auto, y nos saludamos de lejos. En casa, nos habían dejado provisiones para poder hacer la cuarentena y un divertido cartel de bienvenida pegado en la puerta. Ahora estamos pasando la cuarentena en casa y esperando que nadie se haya enfermado".