Nació un 20 de octubre en Dolores y en esa ciudad, de la provincia de Buenos Aires, transcurrió su niñez y adolescencia. Cursó el colegio secundario en un industrial y pensaba ser ingeniero hasta que llegó el momento de inscribirse en la universidad y ahí hizo un cambio rotundo: eligió estudiar gastronomía.
“Si tengo que recordar un aroma de mi infancia es el del bizcochuelo casero de mi mamá y el del arroz con leche, con mucha canela y cáscaras de naranja”, confiesa Damián Betular (38) y agrega: “En esa época, mi mamá sacaba recetas de programas del canal de cable Utilísima y me pedía que yo tomara nota de los ingredientes asi que me acostumbre a eso de escribir rápido y no que no se me pase nada por alto”.
Pasión por cocinar
Damián Betular nació el 20 de octubre de 1982 en la ciudad de Dolores. Allí transcurrió su infancia y adolescencia; cursó el secundario en un colegio industrial y, durante esos años, estaba convencido de que quería seguir la carrera de Ingienería. Sin embargo, cuando llegó el momento de inscribirse en la universidad hizo un cambio rotundo: decidió estudiar gastronomía.
-¿Cómo tomaron tus padres este cambio de carrera?
-Mis padres son lo más, dos genios. No sólo estuvieron de acuerdo y me apoyaron desde el día 1: también me ayudaron a elegir cuál era el mejor lugar para que estudiara.
-Habías heredado, claramente, el amor de su madre por la cocina
-Sin duda. Mi casa siempre olía a bizcochuelos y budines. Ella es una apasionada de la cocina, como yo.
Adicto al trabajo
Así fue como se mudo a CABA, se inscribió en el Instituto Argentino de Gastronomía -del que egresó en el 2003- y su primer trabajo fue en restaurante Sucre. Allí debía preparar las entradas y fue en ese lugar donde conoció a Pamela Villar, pastelera y su compañera de jurado en Bake off. “Creo que ella fue la primera en ver el pastelero que hay en mi”, asegura Betular. Hoy es el chef ejecutivo de los tres restuarantes de uno de los mejores hoteles de la Argentina: el palacio Duhau.
Casado con el trabajo
Damián ama tanto lo que hace que suele decir: “Estoy casado con mi trabajo”. Y la realidad es que hoy está solo aunque no descarta que aparezca alguien que lo deslumbre y enamore. “Pero no es una urgencia para mi estar en pareja porque yo disfruto mucho de la soledad”, asegura.
La realidad es que tampoco tiene demasiado tiempo libre para conocer a alguien porque, al trabajo de chef ejecutivo en el palacio Duhau, se sumó la actividad de jurado de Masterchef Celebrity. “ ¡Estoy súper feliz con este programa! La realidad es que arrancamos con mucha expectativa pero no sabiamos cómo iba a ser la respuesta del público y aquí nos ves….”
Y si bien confiesa que los días de grabación son agotadores –“Pensá que son jornadas de más de ocho horas, se preparan varios platos a la vez, se repiten tomas, todos terminamos agotados y estresados”, explica – el esfuerzo vale la pena porque el éxito del programa es abrumador.
“Lo que el televidente ve en el programa, ocurre. Nada está armado. Hay como una gran fantasia de que todos estamos actuando y no es asi. Quiero que desmitifiquemos eso”, dice con firmeza y agrega: “Es muy gratificante saber que la familia se reune frente al televisior para ver un programa de televisión. ¿Cuánto hacía que eso no pasaba? Hoy cada uno tiene su ipad, su notebook, está el que mira Netflix o el que juega en red. Eso es lo habitual. Masterchef Celebrity logró volver a juntarlos a todos para ver un programa en un canal de aire…. ¡Un milagro hermoso!”