Después de tomarse unos días de vacaciones, Débora D´Amato volvió a "A la tarde" ya con la noticia de su segundo embarazo. Y Karina Mazzocco arrancó el programa saludándola por la buena nueva. Ella agradeció y de inmediato comentó: "Mi organismo me decía que no. A todas las mujeres que inician este camino les digo: "Preparate para muchos no y el médico que elijas tiene que ser una persona que te tiras para atrás y te ataja. Porque este camino está plagado de tantos no..."
Aclaró que aún no sabe el sexo del bebé: "No sé qué va a ser. Digo "mis hijas" porque Lola dice todo el tiempo que es Charo. Estuvo dos semanas diciendo que eran dos. Pero por suerte, no. Digo por suerte porque no sería la mejor noticia. Podría pero es un quilombo. La idea era una", expresó. Y además de Charo, si es varón tiene elegido el nombre de Enzo.
"Esperamos para diciembre. Estoy como en una nube", dijo. Y entonces, la conductora de "A la tarde" quiso saber qué iba a pasar con el resto de los embriones que quedaron de la primera vez que se embarazó de Lola. "Los procesos de transferencia embrionaria, se le llama blasto y es el día 5 de fecundación. Una vez que está listo... Lo voy a decir en forma bruta porque no soy médica. Salieron del freezer y los meten 5 días en una especie de incubadora, en el hornito. Me quedaron 4 embriones y ayer firmé para donarlos", explicó.
Son embriones que quedaron congelados luego de la transferencia de Lola. "Es con el mismo donante que Lola. Decidí guardarlos porque sabía que queria tener una segunda oportunidad y los guardé. Ahora los doné", afirmó.
"Mis óvulos funcionaron años atrás. En el momento en que se hicieron los embriones de Lola andaba todo bárbaro. Si hubiera tenido que recurrir a la ovodonación no era un freno. Necesité de alguien y me pareció que si uno está en esa búsqueda lo va a necesitar. No son hijos, son embriones. Van a tener mi genética", respondió cuando le comentaron que ahora que donó los embriones que habían quedado, va "a tener un hijo por el mundo".
"Uno va abriendo la cabeza cuando le toca. Emtendí que la generación de Lola o de nuestros hijos, entienden más de lo que venimos nosotros cargados de prejuicios. Hablo con muchas mujeres que no pueden y les voy a contar de una mujer que me hablaba de su frustración. Hacía dos años que estaba parada por el qué diran. "Es tu hijo. Sacate esa sensación, la ciencia te ayuda. Lo mejor que te puede pasar que los que tiene que saber la vedad sos vos, tu hija y tu pareja", le dije", contó.
Luego se emocionó al contar cómo reacción su mamá: "Me pasó algo muy loco. Uno cree que es adulto y que no le importa la aprobación de los padres. Nunca conté el proceso, sino las decisiones. Se largó a llorar y me abrazó. Uno espera la aprobación. Y estaba enloquecida. Me dijo fue la mejor alegría porque Lola no va a estar nunca sola".
