Las alfombras con cálidas, tienen estilo, visten cualquier ambiente y, si se las elige bien, pueden ser mega funcionales y prácticamente eternas.
Si bien se consagran como un básico atemporal que se adapta a las nuevas tendencias y estaciones del año, hay que admitir que en los días más fríos se convierten en las compañeras perfectas de la deco de otoño e invierno.
Pero una alfombra también debe hacerle frente a posibles inconvenientes: bebidas derramadas, manchas, pisadas, pelos de mascotas, etc. Por eso, además de cuidarlas y tratar de evitar estos accidentes, es importante saber cómo limpiarlas para mantenerlas como nuevas.
Aquí, tres trucos caseros que te ayudarán a deshacerte de las manchas apenas se produzcan.
1. Con bicarbonato de sodio
Si la mancha fue provocada por líquidos como el té, el vino, el mate o cualquier otro líquido colorido u oscuro, el bicarbonato se convierte en un gran aliado para eliminarla de una manera fácil, ya que es capaz de absorber el color que causa la mancha. Solo hay que seguir estos 4 pasos:
1. Cubrí por completo la mancha con bicarbonato de sodio.
2. Mojá el bicarbonato de sodio con agua fría, evitando el agua tibia o caliente. En este punto, es importante no utilizar demasiada agua ya que se podría extender la mancha, por eso se recomienda utilizar una botella spray.
3. Dejá reposar la mezcla durante toda la noche.
4. Al día siguiente, aspirá la alfombra y revisá la mancha. (Podés repetir el proceso una vez más si lo considerás necesario).
2. Con bicarbonato de sodio y sal
A diferencia de otras soluciones caseras, el bicarbonato de sodio no daña el tejido de la alfombra y además es muy eficaz limpiando y desinfectando. Y si se fusiona con la sal, el resultado será aún más efectivo, ya que tiene propiedades que la hacen muy valiosa en la limpieza: blanquea tejidos, quita malos olores, absorbe la humedad, entre otras.
Para limpiar una alfombra con bicarbonato de sodio y sal, hay que seguir estos 8 pasos:
1. Como punto de partida, hay que aspirar la alfombra y cargar una botella spray con agua fría.
2. En un recipiente, mezclá un poco de bicarbonato de sodio con sal.
3. Cubrí la mancha con la mezcla obtenida.
4. Rocía la zona afectada con el spray (debe quedar húmeda pero no empapada).
5. Refregá bien con un cepillito para que el bicarbonato penetre en las fibras de la alfombra (se recomienda hacerlo en la dirección de las fibras para no romperlas).
6. Quitá lo que se haya desprendido con un trapo seco.
7. Dejá que la alfombra se seque al aire libre.
8. Al día siguiente, pasá la aspiradora para eliminar los restos de bicarbonato y sal que se hayan quedado enredados en las fibras.
3. Con bicarbonato de sodio y vinagre
Si los métodos mencionados anteriormente no te funcionaron, la mejor solución para casos extremos, es la combinación de vinagre blanco y bicarbonato de sodio, una dupla potente capaz de eliminar las manchas más viejas y persistentes en la alfombra. Solo hay que seguir estos 5 pasos:
1. Cubrí la mancha con bicarbonato de sodio y dejalo actuar durante 30 minutos aproximadamente.
2. Mezcá 1 cucharadita de vinagre blanco con 1 litro de agua caliente en una botella spray.
3. Rocía la mezcla de vinagre sobre la zona afectada y dejá reposar la mezcla durante una hora para que el vinagre entre en contacto con el bicarbonato de sodio y se ablande la mancha.
4. Frotá de manera suave la zona manchada con un cepillito y retirá la mezcla con un paño seco.
5. Aspirá la zona para eliminar los restos de bicarbonato y vinagre. ¡Y listo!.