Llega el verano y no hay ser que se resista a un chapuzón bien fresco y revitalizante. La pileta se convierte en la protagonista indiscutida de la casa y en la mejor aliada para sobrellevar los días más intensos de calor.
Sin embargo, no todo es color de rosas y los mantenimientos frecuentes son una realidad que no se debe pasar por alto.
1. Realizá un filtrado diario (mínimo 2 o 3 horas por día) para oxigenar el agua y evitar la formación de algas. Limpiá el filtro de la pileta cada 2 semanas.
2. Chequeá periodicamente el pH del agua y asegurate de que esté en el nivel adecuado.
3. Colocá los productos químicos por la noche para que acción sea más efectiva.
4. Llevá un control del estado de la bomba y recordá limpiar el canasto que se encuentra dentro de ella con frecuencia, dependiendo de tu pileta.