Cuando se trata de renovar y cambiar por completo la impronta de un espacio de la casa, la pintura es nuestra mejor aliada. Y es que además de ser uno de los recursos más económicos y rápidos que existen -si se lo compara con otras alternativas- su poder de transformación es altísimo.
Sin embargo, a la hora de elegir la tonalidad de moda o aquella que mejor se luzca en el ambiente, suelen aparecer muchas dudas. Es por eso que muchas personas siguen apostando por el total white y pintan la totalidad de sus paredes de color blanco dejando atrás esa 'mala fama' de color aburrido y poco pulcro.
Decidirse por esta tonalidad le abre la puerta a muchísimas ventajas (incluso más de las que se cree). En esta nota de la Semana DECO Para Ti, te contamos cuáles son algunas de ellas.
1. Combina con todo
Tanto en la moda como en la decoración, el blanco combina y se adapta a todo, y es por esto que se consagra como el color más versátil. Pintar las paredes con esta tonalidad siempre es un acierto: cualquier impronta que le quiera dar al espacio -desde la más clásica hasta la más vanguardista- quedará bien con una base en este color. Además, permite animarse a jugar con diferentes tonalidades vibrantes y revestimientos sin sobrecargar al ambiente.
2. Potencia la luminosidad
La pintura blanca es la que mejor refleja la luz, por lo que suele ser una elección acertada para ambientes poco luminosos. ¡Pero ojo! En este punto, resulta importante elegir el tono adecuado de blanco en función del tipo de luz natural que reciba el espacio: un blanco puro potenciará el efecto de un espacio con muchas horas sol pero puede hacer otro sin sol directo luzca aburrido y un poco 'sucio'. En este último caso, es mejor apostar por una variante de blanco roto con una nota beige o crema.
3. Agranda visualmente el espacio
La capacidad del color blanco para aumentar la sensación de amplitud de un determinado ambiente es increíble. Es por esta razón que es una tonalidad muy elegida y recomendada por interioristas para espacios reducidos y monoambientes.
4. Es atemporal
Pintar las paredes con esta tonalidad siempre es una buena opción, ya que además de combinar con todo, es atemporal, nunca pasa de moda y siempre será perfecto para aportar una nota de modernidad.
5. Resalta los elementos arquitectónicos
Si bien es cierto que las paredes blancas son un clásico en las viviendas nuevas y modernas, en las reformas de pisos antiguos, también son una buena opción ya que es un color que potencia y resalta elementos estructurales como vigas y columnas para que formen parte de la nueva decoración.
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