Ahora que se vienen los días más lindos del año y los exteriores se convierten en el escenario principal para pasar el rato, nada mejor que ponerlos a tono llenándolos de colores con bellísimas especies.
Si bien la lista de plantas 'favoritas' para decorar los exteriores es muy amplia y variada, no hay dudas de que es la hortensia una de las que encabezan la lista.
Su nombre científico es hidrangea macrophylla y se trata de una especie arbustiva de tamaño mediano originaria de Asia. Este género botánico engloba más de 200 cultivares para jardines con un amplio abanico de colores.
Si bien se puede disfrutar de sus inflorescencias durante muchos meses, la época de floración principal se da entre la primavera y el verano, por lo que en este momento es muy común encontrarlas luciéndose masivamente en los diferentes espacios exteriores.
Hay una particularidad especial que distingue a las hortensias del resto de otras especies: sus flores pueden cambiar de color según el pH (nivel de acidez) del suelo. Si éste es ácido, viran hacia los tonos azules, si es alcalino, hacia los blancos, y si es neutro, se vuelven más rosadas.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas alteraciones son progresivas. Esto significa que se puede acentuar el color o realizar cambios graduales, pero no cambiar una hortensia de color azul en una de color rosa o viceversa.
Cuidados básicos de las hortensias
En exteriores, las hortensias prefieren estar ubicadas en zonas con sombra parcial. Si bien también pueden desarrollarse a pleno sol, se recomienda evitar que los rayos directos del sol impacten sobre ella ya que podrían achicharrarla.
Le sientan bien los climas templados y si bien son resistentes al frío y al calor, se recomienda evitar exponerlas a temperaturas menores a -5ºC y a temperaturas superiores a 30ºC ya que los extremos podrían provocar que se hielen o quemen y como consecuencia, no florecerán.
Sus riegos deben ser frecuentes pero moderados. En primavera y verano, se recomienda hacerlo prácticamente a diario ya que el objetivo principal es siempre mantener la tierra húmeda (pero nunca encharcada). Regarlas con agua de lluvia es una muy buena opción para evitar que el sustrato se vuelva alcalino, de lo contrario, se puede usar agua destilada.
Para que pueda desarrollarse correctamente, resulta imprescindible que el sustrato sea fértil y cuente con un buen drenaje. La mejor opción para esta especie es aquella que incluya mantillo de hoja o pinocha para bajar el pH. Si se cultiva en maceta, se recomienda cambiar el sustrato cada dos años.
Abonos orgánicos, compost, estiércol bien descompuesto o abonos de síntesis de liberación lenta, son fundamentales para contribuir a su crecimiento. También se recomienda colocarle un abono rico en fósforo y potasio para mejorar y potenciar su característica floración.