Decorar con plantas es tendencia y cada vez son más las personas que se animan a incursionar en este maravilloso mundo. Aglaonema costatum es una especie perfecta para empezar a hacerlo: no requiere de cuidados exigentes, se adapta con facilidad a diferentes ambientes y tiene el poder de conquistar cualquier rincón.
En esta nota, todo lo que tenés que saber sobre esta especie: curiosidades, cuidados y mantenimiento.
Aglaonema es un género formado por unas veinte especies diferentes. Entre ellas se encuentra la costatum que se caracteriza por tener unas llamativas hojas de un color verde intenso acompañadas por pequeñas manchas blancas irregulares.
Originaria de Asia y Nueva Guinea es herbácea perteneciente a la familia araceae, su crecimiento es lento, puede alcanzar una altura de 35cm y se la considera una planta ornamental (aquellas que se cultivan y comercializan con fines decorativos por sus características estéticas).
Puede desarrollarse sin problemas sólo con luz artificial y quizás la única desventaja que tiene esta especie, es que resulta tóxica para los amigos de cuatro patas, por lo que es clave no dejarla a su alcance.
Cuidados básicos de la aglaonema costatum
Si bien pueden desarrollarse sin problemas en espacios con sombra o con iluminación artificial, el ambiente ideal para colocar esta especie es aquel que tenga una buena dosis de luz tamizada. Eso sí: siempre evitando los rayos directos del sol, ya que éstos podrían quemar sus hojas.
Su riego debe ser moderado, ya que no tolera el exceso de agua y puede causar la pudrición de sus raíces. Lo ideal es hacerlo siempre que el sustrato esté completamente seco y se recomienda pulverizar sus hojas para evitar que las puntas se sequen.
El sustrato debe contar con un buen drenaje y se puede utilizar fertilizante durante su época de floración (primavera y verano) para contribuir aún más su crecimiento.