La habitación es uno de los espacios más importantes para los más peques de la casa. Es donde transcurre parte de su infancia, en donde juegan y crean mundos imaginarios repletos de magia.
Es por eso que a la hora de amueblarlo y decorarlo, no sólo se necesitan buenas ideas e ingenio sino también conocer y entender de qué manera el entorno puede convertirse en un aliado para favorecer la creatividad, el desarrollo cognitivo y el buen descanso.
En esta nota, todos los tips y consejos de la Diseñadora de Interiores, Fátima Bandeira (@fainteriores) para decorar la habitación de los más chicos potenciando cada rincón.
1. Elegir una temática
Como punto de partida, es importante sentarse y elegir una temática. Esto no sólo ayudará a llevar un hilo conductor claro en la decoración del espacio, sino que además será de gran ayuda cuando sea el momento de salir de compras. Las temáticas pueden ser muy variadas: jungla, planetas, flores, etc., aunque no necesariamente tienen que ser tan visibles. Puede ser algo más abstracto y que no se nota a simple vista.
Elegir el tema es una manera de no fallar en el resultado final ya que todo el ambiente tiene que ver con lo mismo. Así que ya sabés: pensá esa idea rectora y empezá a soñar en qué colores usar, qué acolchados comprar, qué formas tendrán las lámparas, etc.
2. Colocar objetos pocos vistos en la decoración
Decorar con algunas piezas de la vida cotidiana harán del cuarto infantil un lugar único. Por ejemplo: un aro de basket, una patineta, aviones de papel, ramas, una pequeña guitarra, patentes de autos, etc.
Para que se incorporen bien a la deco se los puede pintar de algún color que corresponda a la paleta de colores que predomine en el espacio. Si estos objetos tienen que ver con los gustos y pasiones del más peque de la casa, ¡mucho mejor!.
3. Crear un sector para el pasatiempo favorito
Para crear espacios increíbles dentro de la habitación de los más peques y que puedan desarrollar nuevas habilidades, tené en cuenta este tip de interiorista:
No hace falta que el sector sea de gran tamaño, simplemente con un pizarrón en alguna de las paredes, una hamaca, una mesita para dibujar o una pequeña zona de lectura cómoda es suficiente. La clave es pensar en el pasatiempo favorito -o en alguno que se quiera incorporar para estimularlo- y luego definir dónde ubicarlo.
4. Aprovechar la altura
Tanto para lugar de guardado como para nuevos espacios de juego o sueño, se puede pensar en un segundo nivel. Puede aprovecharse aún más el espacio si se superpone una cama sobre la otra o se crea una zona de lectura por encima de un escritorio.
5. Decorar el techo
Muchas veces se concentran todos los esfuerzos en decorar las paredes, los muebles y el suelo pero se deja a un lado el techo. Y es que a los peques les puede resultar muy entretenido mirar hacia arriba a la hora de dormir. Una buena opción es decorarlo con nubes, planetas o diseños diferentes para cautivar su interés de manera inmediata.
Durante el día, ellos no se detienen a mirar hacia arriba, pero al acostarse, redescubren un nuevo mundo que los hace imaginar y, quizás, hasta quedarse dormidos. En este caso lo mejor es usar en el diseño del techo colores cálidos o neutros para bajar la actividad y que ayuden a relajarse.
6. Diferenciar los sectores con empapelado o pintura
Este truco de profesional sirve para sectorizar la habitación y que el niño relacione el espacio con actividad. Pintar la zona de lectura, empapelar la pared de la cama, colorear la esquina donde se guardan los juguetes, son sólo algunos ejemplos. Es un recurso fácil de implementar y que ordena visualmente el espacio.
7. Tener en cuenta su edad
Este punto será de gran ayuda a la hora de elegir los muebles según las necesidades del más peque de la casa. No es lo mismo un bebé que un niño de prescolar o uno de 11 años. Una buena opción es hacer una lista con sus necesidades para determinar las zonas de la habitación y también proyectar sus necesidades en unos años para hacer compras inteligentes.