Resistentes, decorativas, aptas para principiantes y muy de moda. Pasan los años y las suculentas siguen marcando tendencia y se posicionan como una de las plantas más solicitadas en viveros y florerías urbanas.
Y es que podríamos decir que todo es ventaja cuando se trata de suculentas: son especiales para decorar por sus llamativas formas, se adaptan tanto al interior como al exterior, no necesitan de muchos cuidados como otras plantas y son fáciles de multiplicar por esquejes.
Sin embargo, saber cómo regarlas, es uno de los aspectos de cultivo más delicados de este tipo de plantas. Incluso podríamos decir que es la tarea más importante de su cultivo ya que en realidad, es la única que puede comprometer su bienestar.
Esto se debe a que las suculentas almacenan agua en hojas, raíces y tallos, adquiriendo formas de lo más originales y carnosas, pero que no son más que la muestra visible de que son auténticas reservas de agua.
Además, por sus orígenes (ambientes desérticos o muy áridos), están acostumbradas a la sequía. Y por eso mismo han desarrollado un mecanismo natural de almacenaje de agua para poder sobrevivir.
Por eso y para disfrutar de ellas durante mucho tiempo, aprender a regarlas resulta un punto fundamental.
8 tips infalibles para regar tus plantas suculentas
1. El riego de las suculentas tiene que ser generoso y de manera profunda. Sin embargo, hay que prestar una especial atención a la hora de volver a regar: el sustrato debe secarse por completo, esté en macetas o directamente en suelos. Por lo que los riegos deben ser abundantes pero espaciados en el tiempo.
2. Al momento de regar, es sumamente importante evitar encharcar. Si esto sucede, conviene transplantar la especie para no perjudicarla cada día más.
3. Se recomienda sectorizarlas. Es decir, separarlas del resto de otras especies, ya que muchas veces, cuando se riega con mangueras, se comete el error automático de regarlas cuando no lo necesitan.
4. Siempre habrá excepciones y todo va a depender de cada especie en particular. A modo de ejemplo, en el caso de los cactus selváticos, conviene no regar siempre de la misma manera: en primavera y verano hacerlo cada 7 o 10 días.
5. Cualquiera sea la especie, en otoño e invierno hay que espaciar los riegos (de 15 a 20 días). En cactus directamente se suspenden desde junio hasta principios de septiembre para ayudarlos a que florezcan.
6. Evitar siempre sumergir el "cuello" de estas plantas al momento de la plantación, de lo contrario, son propensas a contraer hongos y la pudrición de sus raíces.
7. Hay dos puntos que es clave evitar:
- Regar por "sorbito" (muy poca cantidad).
- Riegos superficiales.
8. Este punto tiene que ver con el sustrato: es mega importante apostar por uno con un buen drenaje que evite los encharcamientos y permita que sus raíces de aireen.