Si hay una planta que está de moda y conquistando las redes, esa es la alocasia (también conocida como oreja de elefante). Con sus hojas grandes, esta belleza tropical es el must-have de los amantes del verde.
Pero ojo porque no es la típica planta que regás cuando te acordás y ya. La alocasia es toda una diva y necesita atención. Así que si querés tenerla en casa y verla crecer espléndida, te contamos todo lo que tenés que saber para cuidarla como una experta.
Alocasia: la planta estrella de la deco
La alocasia es una de esas típicas plantas que tenía la abuela en el jardín y en el patio, que ahora se metieron en los interiores y se convirtieron en tendencia deco.
Pero la realidad es que la oreja de elefante puede ir tanto para exterior como para puertas adentro.
Si bien resalta por sí sola, te recomendamos plantarla en lindos macetones para darle el toque deco actual.
Eso sí: tené en cuenta que es una planta que puede alcanzar los 5 metros de altura, por lo que resulta clave colocarla en un espacio amplio y abierto.
Si tenés perros o gatos, tené cuidado porque la alocasia es tóxica si se ingiere. Mantenela en un lugar seguro para evitar accidentes.
Cómo cuidar la alocasia con éxito
- Luz: le encanta la luz brillante pero indirecta. Tené cuidado porque el sol directo puede quemarle las hojas. Lo ideal es ubicarla cerca de una ventana con cortina liviana o en un lugar bien iluminado. Si ves que sus hojas se estiran demasiado, es señal de que necesita más luz.
- Riego: la clave está en el equilibrio. No la ahogues pero tampoco la descuides. Regala cuando la capa superior del sustrato esté seca al tacto. Lo ideal es mantener el suelo húmedo sin encharcar. Un buen truco es tocar la tierra con los dedos: si está seca, es hora de regar; si sigue húmeda, esperá un poco más.
- Humedad: es una planta fanática de la humedad, así que si vivís en un ambiente seco, dale una mano. Podés pulverizar sus hojas con agua, colocarle un plato con piedras y agua debajo de la maceta o ubicarla cerca de un humidificador. Si ves que las hojas se ponen marrones en los bordes, puede ser falta de humedad.
- Sustrato: no cualquier tierra le viene bien. Lo ideal es usar un sustrato liviano y bien aireado con buen drenaje. Asegurate de que la maceta tenga agujeros para evitar el exceso de agua.
- Fertilización: si querés que crezca fuerte y sana, podés darle un empujoncito con fertilizante. Usá uno líquido para plantas verdes cada 15 días en primavera y verano. En otoño e invierno, bajá la frecuencia o directamente suspendelo.
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