Los antes y después nos inspiran, nos demuestran una vez más que grandes cambios son posibles y que muchas veces, no se necesitan grandes obras para que el espacio que siempre soñamos, cobre vida y se materialice.
Es el caso de esta reforma a todo color, ubicada en Villa Ortúzar y llevada a cabo por el Diseñador de Interiores, Ramiro Suárez (decorama_designer), en la que el cambio se logró sólo con restauraciones, toques de pintura y el reciclado como base.
"Es mi proyecto más personal y en el que más me enfoqué en la reutilización y reciclado. Un poco por el difícil año pandémico y otro poco por mi conciencia ecológica que crece. Pero también creo que es el estilo que me define: colorido, alegre, energético y consciente", comienza explicando a Para Ti Deco, Ramiro.
El desafío de renovar completamente el espacio utilizando lo que ya había, fue lo que más inspiró a al diseñador de interiores. "Amo darle nueva vida a muebles, objetos, paredes, con restauración o toques de pintura. En este proyecto tuve la libertad para crear, jugar con colores y fundamentalmente con el diseño biofílico: integrar los elementos de la naturaleza en el hogar", explica.
La zonificación fue fundamental en esta reforma: mediante trazados, texturas y colores, se logró una unidad de diseño en todo el proyecto, pero también, que cada espacio tenga su personalidad y funcionalidad.
"La alfombra renovada con diseño y pintura, junto al nuevo sillón y los espejos, le dan otra cara al living. La televisión con brazo retráctil divide el espacio con el comedor, en el que armé un cuadro gigante con postales y recuerdos de viaje del dueño de la casa. Colgué un potus tipo enredadera en la división con la cocina y al piso de ésta, le sumé pintura a la tiza con stencil, lo mismo que hice en la pared principal de la habitación", cuenta Ramiro sobre algunos de los cambios que realizó.
También se pintaron puertas, macetas, cables de lámparas, pequeños muebles, sillas y en especial la amplia biblioteca del living que quedó totalmente renovada. El aire acondicionado y el motor, no se quedaron afuera y se pintaron de gris.
Otro ejemplo de reutilización son las viejas torres porta CD’s que terminaron como perfectos portamacetas para los jardines verticales del balcón, el cual se transformó por completo llenándose de vida y colores, perfecto para echarse una siesta en la hamaca paraguaya y desconectar unos minutos de la rutina diaria.
Fuente: Ramiro Suárez, Diseñador de Interiores y Exteriores (@decorama_designer).
