El poder que tienen los pequeños detalles en un ambiente es increíble. Es el caso de este sorprendente antes y después de un playroom que cambió radicalmente su impronta gracias a un poco de pintura y a diferentes recursos decorativos, convirtiéndose en un espacio más luminoso, fresco, alegre y dinámico.
"Desde un primer momento había soñado en armar este espacio para mi hijo Arlo. Sabía exactamente como quería que se viera y podía imaginar cada detalle. Y lo más importante: quería que fuera mágico para él. Es por eso que los colores vibrantes, la cultura y los elementos creados por personas importantes para nosotros, fueron una pieza clave, comienza explicando Kelly en su blog Studio DIY.
¿Qué fue lo que se hizo?
Para empezar, todas las paredes y los marcos de las ventanas se pintaron de blanco para ganar un plus de luminosidad, amplitud visual y poder sumar diferentes colores intensos sobre esta base clara sin sobrecargar demasiado al ambiente. El piso al estar -en su mayoría- en buen estado solamente se pulió. Luego se reemplazó el ventilador de techo antiguo por una lámpara súper canchera con bochas en celeste pastel y detalles en dorado. El resto fue obra de los pequeños detalles decorativos distribuidos por todo el espacio.
Una galería de arte repleta de colores
La habitación ya contaba con una repisa que cubría la totalidad de una de las paredes. Se decidió aprovecharla y armar allí una especie de galería de aire con diferentes detalles decorativos como cuadros, juguetes y piezas hechas a mano. "Decidimos poner su cambiador justo debajo de este sector porque le encanta mirar todo el arte y jugar con los peluches", cuenta.
Una estantería inspirada en los colores del arcoiris
Aprovechando el espacio que se encontraba entre las dos ventanas, Kelly decidió armar una especie de biblioteca con los cuentos favoritos de su hijo. Como no podía ser de otra manera, los colores vibrantes también tenían que hacerse presentes en este sector y es por esa razón que decidió inspirarse en los del arcoiris pintando cada estante con un tono diferente y sumando libros en tonalidades muy similares.
Un rincón de lectura
En la esquina del playroom se decidió armar un pequeño rincón de lectura para leerle a Arlo sus cuentos favoritos. Un sillón de un cuerpo celeste pastel junto a un taburete repleto de colores intensos se luce en este sector.