Antes de convertirse en una royal, Meghan Markle tuvo una infancia sin muchos lujos. La actriz comenzó a crecer económicamente luego de que debutara como actriz y estuviera en una de las series más vistas, Suits.
De chiquita vivió en una zona alejada a Los Ángeles, en un modesto barrio ubicado en el distrito de Mid-Wilshire, de California.
Vivía con su mamá en uno de los departamentos del edificio, que contaba con algunos espacios de uso común con los demás vecinos. Por ejemplo, las parrillas dispuestas en el garage.
Meghan y su mamá, Doria Ragland, llegaron a esa vivienda en 1983, tras el divorcio con su padre, Thomas Markle.
En 1999, después de su graduación en la secundaria, Meghan tomó la decisión de mudarse para continuar sus estudios en la Universidad de Northwestern, donde se especializó en Interpretación y Relaciones Internacionales.