Al rededor de 250.000 toneladas de desechos de cáscara de huevo de gallina son producidas cada año en nuestro planeta. Nature Squared, una marca inglesa de diseño ético, se propuso revertir este problema elevando el huevo a la categoría de material de construcción para revestimientos de pared.
La fábrica de la firma se encuentra en Filipinas y es ahí donde sucede la magia: miles de cáscaras de huevo blanco orgánico de las panaderías locales y cocinas son combinadas con un agente aglutinante y curadas a temperatura ambiente. Se necesitan los restos de 3.000 huevos para crear un metro cuadrado de baldosas.
"Tendemos a asociar las cáscaras de huevo con la fragilidad, pero en realidad son muy fuertes y naturalmente resistentes a los rayos UV" dice Elaine Yan Ling Ng, diseñadora y jefa de innovación de la firma inglesa. “También absorben colores naturales de forma sostenible de formas fascinantes, lo que los convierte en un material de construcción maravilloso. Usamos tintes naturales como índigo, raíz de rubia Tinctoria o clorofilina".
El resultado son baldosas de una inesperada versatilidad visual que llega a recordar al terrazo; son fáciles de limpiar y se pueden aplicar incluso a las paredes de las áreas húmedas de baños y cocinas.
Este tipo de proyectos no suelen implicar procesos repetidos y, por tanto, no maximizan el rendimiento de la cadena de suministros o el potencial de los materiales naturales, limitando la cantidad de residuos que se pueden utilizar. Su objetivo es, de hecho, el de desviar grandes volúmenes de desechos del vertedero y utilizarlos en productos únicos e innovadores a precios accesibles.
Fuente: Arquitectura y Diseño