Si pasas mucho tiempo en las redes seguro te las cruzaste alguna vez. O te las vas a empezar a cruzar muy seguido... Las plantas huevo son el nuevo objeto de deseo de los amantes de la jardinería y el minimalismo.
Qué son las plantas huevo
Originarias de Japón y también conocidas como Eggling, son pequeñas macetas de cerámica que tienen tanto la forma como el tamaño de un huevo y están hechas a mano en el país del Sol naciente.
Ideales para casas pequeñas y minimalistas, en su interior albergan una mezcla de semillas y nutrientes, que solo necesitan una pequeña ayuda para crecer y convertirse en planta.
Cómo cuidar una planta huevo
El cultivo es relativamente fácil, ya que en su interior está todo lo necesario para que se convierta en planta.
Tienen turba, que es un preparado orgánico compuesto por residuos vegetales y nutrientes que sustituyen a la tierra, y también semillas sembradas de distintas especies vegetales que pueden crecer dentro de ese espacio reducido: desde cactus hasta lavandas e incluso pequeñas fresas.
Pero para que la planta pueda crecer, hay que romper el cascarón del huevo por la parte superior. Después, los únicos cuidados que necesita son riegos y una ubicación luminosa.
Pasados los cinco meses, cuando la planta alcance un tamaño más grande y ya no entre en el huevo, hay que trasplantarla directamente en tierra o a otra maceta más grande para que pueda seguir desarrollándose.
Cómo se hacen las plantas huevo
Estas mini plantas son un auténtico boom en Japón, donde se fabrican a mano con cerámica porosa blanca. Cada huevo mide 54 x 47,5 mm y viene con una bandeja de terracota y con un paquete de semillas adicional para asegurar el éxito.
Hoy en día hay ocho versiones disponibles: cuatro hierbas (albahaca, perejil italiano, menta, tomillo) y cuatro flores (crisantemo, lobelia, polemonio, petunia).