Casa Pilará esta ubicada en un Club de Campo a pocos minutos de Pilar. Se trata de una urbanización campestre de grandes lotes desarrollada en las tierras de antiguas estancias bonaerenses de la llanura pampeana.
El principal interés paisajístico que brindan sus barrios es el haber mantenido la suave sinuosidad de la pradera, plantada con diferentes especies de árboles y arbustos autóctonos, acompañando el trazado de la urbanización.
La casa ocupa un lote en esquina de forma irregular con una suave elevación respecto de las calles que lo circundan. Las veredas cuentan con jóvenes especies de catalpas y arces.
El encargo
Los comitentes, una pareja joven sin hijos, querían una casa desarrollada totalmente en planta baja, como una casa de campo, dijeron. Aunque sin repetir su clásica tipología, ya que estaban interesados en la espacialidad compleja de las diferentes casas hechas por el estudio.
Querían también una amplia galería y una piscina en contacto con un paisaje proyectado, que imaginaban en total armonía con el paisaje natural de la llanura pampeana.
Como requerimiento especial solicitan que algunos ambientes de la casa se destaquen por presentar una mayor altura en relación a la estándar.
El programa
Un dormitorio principal con baño y gran vestidor, dos dormitorios de huéspedes con un baño para compartir, un sector social de amplias dimensiones con la cocina integrada y, vinculada a ésta, el lavadero y la habitación de servicio.
Un "refugio" (espacio así nombrado por ellos) próximo al comedor para "tirarse" a descansar, leer o ver televisión, con un amplio camastro como equipamiento principal. Una cochera cubierta para dos vehículos y dos espacios descubiertos para estacionamiento de visitantes.
La propuesta
La casa se concibió como un volumen único que, ocupando la totalidad de la silueta permitida por el reglamento de construcción, se estructurara según una trama ortogonal que permitiera ir horadándolo hacia su interior, dando lugar a la creación de patios de diferentes escalas según los requerimientos de uso y ambientación de las actividades programadas en ellos.
Estos patios cumplen la función tanto de comunicar espacios como de aislarlos entre sí pero, sobre todo, su objetivo es crear paisaje a partir de la propia arquitectura, de manera que habitar esta casa sea una experiencia donde se diluyen los límites entre el afuera y el adentro para disfrutar de un clima que lo permite, y también del contacto con un paisaje proyectado con vegetación autóctona siempre cambiante a lo largo del año.
Hacia el exterior la casa se cierra en tres de sus lados con pantallas construidas con tablas de madera de quebracho en posición vertical que filtran las vistas desde ambas calles y desde el predio vecino, consiguiendo intimidad en todos los ambientes y el control de la incidencia del sol en las diferentes orientaciones.
La fachada hacia el fondo propio se abre totalmente a través de grandes ventanales y una amplia galería con pérgola.
Para resolver la diferencia de altura entre ambientes requerida sin que la misma quedara acusada desde el exterior, debilitando la propuesta de volumen único, se resolvió que la zona social de la casa y el hall de acceso fueran los ambientes destacados con una altura de 3.05 m.
La zona de los dormitorios se proyectó de 2.60 de altura libre, elevando el piso a 0.45 m por encima de la cota de ingreso, salvando la diferencia con una suave rampa expuesta apenas se accede a la casa.
Este espacio no es solo circulatorio sino que uno de sus lados abierto con un gran ventanal permite al recorrerlo ir descubriendo la espacialidad y vegetación del patio principal y, al rematar en un pequeño jardín, posibilita las vistas hacia el entorno y proporciona una pausa para cambiar la dirección de la circulación, independizando la zona del dormitorio principal de la de los dormitorios de huéspedes.
Volviendo al hall de acceso, apenas se atraviesa la puerta se hace evidente que la zona social de la casa fue concebida como una sucesión de espacios cerrados y abiertos comunicados entre sí cuya esencia se va descubriendo a medida que se circula por ellos.
Se evita deliberadamente la comprensión de la totalidad de la obra en una rápida mirada, para así despertar el interés por reconocer la cualidad de cada espacio proyectado.
El tratamiento de la luz natural
En todos los proyectos del estudio existe una atención especial dirigida tanto a controlar la incidencia de los rayos solares sobre las superficies acristaladas como a aprovechar la luz natural como un material de proyecto que aporta riqueza a los espacios habitables.
Se concibe a las aberturas como tales, no como elementos estandarizados con medidas y posiciones predeterminadas sino como horadados en las construcciones que, por supuesto, permitan ventilar e iluminar los ambientes, pero también dejar indefinida la relación exterior-interior, enmarcar el paisaje, filtrar la luz, reflejarla en un muro, etc.
Esas perforaciones son el resultado de las búsquedas particulares de cada proyecto y de las relaciones que se quieran establecer con su entorno específico. En este proyecto en particular la forma y posición de las aberturas de los diferentes patios va definiendo una multiplicidad de atmosferas cambiantes que buscan resaltar la espacialidad de los ambientes.
Ficha técnica
Arquitectos: Besonias Almeida Arquitectos.
Ubicación: Pilar, Argentina.
Área del proyecto: 288 m2.
Año del proyecto: 2021.
Fotos: Federico Kulekdjian.