Cuando se trata de renovar el hogar, una de las decisiones más importantes tiene que ver con la elección del piso. Y es que después de todo, se supone que conviviremos con él por un largo tiempo, lo que significa que la opción elegida tiene que cumplir con ciertos requisitos: resistencia, versatilidad, impermeabilidad, anti resbalones, entre otros.
En este sentido, Constanza Delgado (@arq.constanzadel), arquitecta e interiorista, asegura: "A la hora de elegir el piso de una nueva vivienda, además de la estética, es importante tener en cuenta algunos detalles como la cantidad de personas que viven en la casa, qué zonas tendrán mayor tránsito, exposición a la humedad, etc.".
Cerámica y porcelanato: los materiales más elegidos
La cerámica y el porcelanato son los materiales más elegidos y recomendados para los pisos de toda la casa, especialmente para espacios clave como la cocina y el baño. Duraderos y fáciles de limpiar, son los más accesible en cuanto a precio si se los compara con otras alternativas.
Sin embargo, son muy diferentes entre sí y es clave identificar en detalle a cada uno para dar con una elección acertada.
Las diferencias entre cerámica y porcelanato
- Diseño
Según Constanza, una de las diferencias principales entre el cerámico y el porcelanato es el diseño. "El porcelanato ofrece un amplio abanico de diseños e imitación de materiales naturales, como piedra, madera, mármol y cemento alisado. Además existen diseños con terminaciones con textura lisa o rugosas", asegura la experta.
- Fabricación
Si bien ambos están hechos con arcilla y otros materiales naturales, la arcilla que se usa para el porcelanato es más refinada y se cuece a temperatura más alta. Esto hace que el porcelanato absorba menos humedad que el cerámico.
"Esta es una de las grandes diferencias entre ambos pisos. La cerámica es más porosa, por eso en patios exteriores, por ejemplo, se recomienda más el porcelanato que es sumamente impermeable", explica la arquitecta.
- Dureza
Otra gran diferencia es la dureza. "El porcelanato es mucho más duro y resistente a golpes. Por eso es más recomendable utilizar porcelanatos en zonas de alto tránsito y exteriores", agrega.
- Tamaño
A diferencia de la cerámica, la fabricación del porcelanato permite realizar placas de gran tamaño. Por el contrario, los pisos cerámicos tienen menos espesor, por lo tanto no se pueden fabricar en grandes dimensiones, ya que se vuelven demasiado frágiles.
"El porcelanato es más grueso y, por ende, menos frágil. Vale destacar que el cerámico, al conseguirse en tamaños menores que el porcelanato, puede adaptarse mejor a bases que no estén tan parejas", revela Constanza.
- Bordes
Otra diferencia se observa en la terminación de sus bordes. "El piso de porcelanato suele tener los bordes rectos (porcelanato rectificado). En cambio, el cerámico tiene bordes más redondeados. Esto hace que las juntas sean más anchas que las del porcelanato", detalla la arquitecta y experta en interiorismo.
Y agrega: "El borde rectificado es un borde a 90° que hace que las juntas se afinen mejorando la apariencia del piso. El porcelanato permite formar una superficie más uniforme y pareja sin tantas irregularidades como el piso de cerámica. Esta ventaja se ve en la estética visual y también al tacto".
- Costo
"En cuanto al cerámico, su costo es menor al igual que sus adhesivos. Posee buena resistencia al uso, menor a la del porcelanato, pero muy prolongada en el tiempo", concluye Delgado.
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