Pocas sensaciones son tan placenteras como abrir la ventana y ver un paisaje repleto de tonos verdes con flores y plantas, lo mismo que apoyar los pies descalzos sobre un pasto bien fresco y mullido. Y es que sin dudas, los seres humanos tendemos a sentirnos más a gusto cuando estamos en contacto directo con diferentes elementos de la naturaleza.
Sin embargo, diseñar y mantener los espacios verdes, puede conllevar cierta complejidad sobre todo si no se disponen de los conocimientos básicos de jardinería o paisajismo. Es por eso que conocer cuáles son los cuatro imprescindibles, puede ser de gran ayuda para tener un jardín perfecto y disfrutarlo al máximo esta temporada al aire libre.
1. La importancia del césped
Si bien es cierto que requiere de cuidados exigentes y frecuentes, un jardín sin césped no es lo mismo. Y es que hay pocas sensaciones tan placenteras como apoyar los pies descalzos sobre el pasto mullido o el característico aroma que desprende cuando se lo emprolija. Incluso se puede decir que es el principal encargado de llenar de frescura y calidez los jardines.
2. Elegir plantas resistentes
Optar por una predominancia de plantas que no requieran de cuidados exigentes y que se adapten fácilmente a las diferentes condiciones climáticas, es clave para mantener siempre alegre y colorido el jardín. Esto no quiere decir que haya que dejar afuera aquellas especies que requieran de algunos cuidados más exigentes.
Geranios, petunias, lavanda, hiedra, cintas, rosales, bambú, helechos, lirio azul, claveles, verbena, salvias, lantana montevidensis, pennisetum, son algunas de las más resistentes.
3. Un espacio a la sombra nunca está de más
Contar con una zona de sombra es fundamental sobre todo para poder disfrutar del jardín durante los meses más calurosos. Además, puede ser de gran ayuda para colocar algunas bellísimas especies que no resisten el sol directo.
4. ¡Que no falten los detalles decorativos!
Para darle el cierre perfecto al jardín, los detalles decorativos deben estar presentes: algún banco con lindos almohadones, macetas colgantes con flores, canastos de fibras naturales, fanales con velas de ricos aromas, guirnaldas con luces cálidas, etc.
