Este original proyecto del estudio del Arq. Ricardo Pereyra Iraola ([email protected]), a cargo de las arqs. Arq. Mariana Femenia y Arq. Maria Kook Weskott, se pensó con la idea central de incorporar la casa al jardín y viceversa. “Plantemos un proyecto donde interior y exterior fueran una unidad. Podés estar afuera y sentirte adentro, o estar en el estar pero sentirte al aire libre” explican desde el estudio Pereyra Iraola.
Ventanales que desaparecen y un living flotante
Los arquitectos lograron darle continuidad visual y espacial a los ambientes utilizando aberturas corredizas que se guardan dentro de los muros y desdibujan los límites entre el estar y el living de exteriores. Este último, decorado además con un estilo similar al interior, se estira hasta los pies de la piscina y parece flotar sobre el agua
“Los clientes le daban mucha importancia a la relación entre el interior y el exterior. Por eso buscamos que la transición entre ambos fuera sutil e intuitiva, apelando a los ventanales que se esconden completamente en los muros”, detallan desde el estudio.
Un comedor semiabierto
La galería abraza a la pileta como una gran “L” que contempla de un lado el living de exteriores (esa prolongación del interior que parece flotar sobre el agua) y del otro el comedor con la parrilla y la barra; en este caso, con un techo envarillado que filtra el sol pero sin quitar luz. La gran mesa para diez suma unas elegantes sillas bistró con asiento amarillo, mientras que junto a la barra se lucen unas banquetas de ratán con detalles en negro.
El interiorismo se resolvió con varios muebles (sillones, mesas, sillas y camas) que ya tenían los dueños de casa, en su mayoría comprados en Uruguay. El toque final estuvo a cargo de Sentido (@sentido_joseignacio) cuyas decoradoras le sumaron colores, texturas y objetos que aportan calidez.
Al fondo, junto a al hogar ubicado en un punto central entre los ventanales, se armó un living cancherísimo y que parece flotar en el agua: dos sofás enfrentados en torno a una mesa baja con base de piedras y un chaise longue de ratán con su apoyapiés.
Una casa de vacaciones para disfrutar todo el año
La suite principal, junto con un estar íntimo, se planteó en la planta baja, con salida directa al exterior. Para su dormitorio, los dueños de casa eligieron un amarillo ocre como color para la pared cabecera. La ambientación (Sentido) contempla mesas de luz y lámparas de ratán, una alfombra antigua a los pies de la cama y mantas livianas.
En tanto el toilette encuentra un toque artesanal en la bacha de piedra y el espejo irregular diseñado por la dueña de casa.
Materiales naturales y un trabajo en equipo
Piedra, revoques y vidrio son los materiales predominantes en este moderno proyecto, que se trabajó en conjunto con los dueños de casa, un matrimonio con mucha sensibilidad artística y gusto por la buena arquitectura, que quería una casa de playa donde eventualmente se pueda vivir todo el año; pensada para recibir a los (muchos) amigos, la familia y los nietos que vendrán.