El diario de lifestyle de Agustina Cattaneo - Revista Para Ti
 

El diario de lifestyle de Agustina Cattaneo

Emprendedora, aventurera y con olfato de coolhunting, las palabras clave para presentar a esta diseñadora experta en tendencias son moda, beauty y lifestyle. Un retrato Agustina Cattaneo en su propia casa porteña ¡para conocerla mejor!
Deco
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Emprendedora, aventurera y con olfato de coolhunting, las palabras clave para presentar a esta diseñadora experta en tendencias son moda, beauty y lifestyle. Un retrato Agustina Cattaneo en su propia casa porteña ¡para conocerla mejor!

Agustina Cattaneo en el balcón de su depto porteño, con un perfumado Jazmín de leche como telón de fondo.

Diario de una diseñadora

El curriculum de Agustina Cattaneo (http://@iamaguscattaneo) es tan extenso y variado como sus ganas de seguir ampliando horizontes. Comenzó estudiando la licenciatura en Contabilidad en la Universidad Católica Argentina, pero un hecho azaroso la llevó por otros caminos, y así llegó a la moda. Un salto lleno de matices, aventura y perseverancia.

Hoy Agustina pasa buena parte del año en París -donde dicta diferentes cursos de moda-, y Buenos Aires, con su vida y su atelier montados en un pequeño pero encantador departamento en el icónico edificio de La Algodonera.

Allí nos recibió para desgranar su mágico derrotero desde las planillas del debe y el haber hasta el mundo de la moda y el lifestyle de lujo.

Agustina Cattaneo en su living del edificio La Algodonera, un precioso departamento en dúplex donde manda el blanco y nunca faltan velas y flores.

Desde las planillas contables a la moda

Hasta sus veinte y pocos, la vida de Agustina Cattaneo fue similar a la de cualquier chica universitaria. Con padre arquitecto y madre decoradora, su rebeldía teen la llevó a darle la espalda a los genes del arte para inclinarse por la carrera de Contador Público.

Estudiosa compulsiva, hizo una cursada brillante, empezó a trabajar en el área contable de grandes empresas y así iba con sus números a cuestas hasta que el destino le jugó otra carta:

"Cuando tenía 22 años, tuve un gravísimo accidente de auto que me dejó prácticamente postrada 3 meses en una cama (se quebró vértebras lumbares, se fisuró costillas). Como no me sabía quedar quieta, busqué desesperadamente algo que me ayudara a pasar el tiempo, y encontré la salida en el diseño”, cuenta.

Total white para este sector de su living, dominado por la mesa de líneas orgánicas.

Lo cierto es que mientras transitaba una recuperación muy difícil tanto física como psicológicamente, surgió el arte, que todo lo cura. “Yo soy muy emprendedora, y empecé a hacer de todo sin moverme de la cama. Por ejemplo, armé una colección de vinchas tejidas que luego una amiga vendió por completo en un local del shopping Paseo Alcorta. Ahí empecé a darme cuenta de mi parte creativa, que por lo visto, necesitaba de una situación límite para surgir", recuerda.

Una pared de cuadros, todos de su autoría, acompaña al comedor.

"El día que pude salir a la calle y vi la línea de accesorios que yo había diseñado en una vidriera, devolví la computadora que aún tenía del último trabajo como contadora y dije: no vuelvo más”.

Cambiar telas por números

Ya recuperada del accidente, y muy decidida a cambiar los números por las telas, Agustina decidió lanzar una línea de ropa con su nombre. Fan absoluta de la sastrería, craneó modelos varios, generó una red de contactos con costureros, sastreros, talleristas y armó su primera colección (a la que de una le fue muy bien!).

“En ese entonces mi ropa salía casi todas las semanas en las notas de moda de la revista Para Ti,  y eso me super ayudó. Pronto, empecé a recibir pedidos para al por mayor”, cuenta.

Sin embargo, en nuevo volantazo, cuando la marca empezó a crecer y crecer, ella decidió frenar, barajar y dar de nuevo. “Siempre fui muy académica, y me costaba mucho crecer en una profesión (la moda) para la que no me había formado. Así que dejé a la marca en stand by, junté los pocos pesos que tenía y me fui a vivir a New York para formarme en moda”, cuenta.

Un plano cenital del living comedor, con mesa redonda y otra baja de líneas orgánicas junto a dos sillones de rattan y yute

Rápida y decidida, se anotó en la súper prestigiosa Parsons School, pasó por distintos trabajos para sostenerse (desde moza hasta vendedora en una tienda de ropa) y sumó un máster en moda en el prestigioso FIT (Fashion Institute of Technology) en colaboración con la Universidad Politécnica de Hong Kong (PolyU) y el Institut Français de la Mode (IFM).

Perfil de emprendedora

Con todos estos  títulos a cuestas, Agustina un día volvió al nido mapaterno para probar nuevamente suerte en su país. Trabajó 2 años y medio en Falabella, y en paralelo aprovechaba sus vacaciones para viajar a dar clases de moda y seminarios de tendencias. Pronto, contratada por IRSA como representante de sus shoppings, empezó a viajar a los distintos Fashion Weeks (New York, Londres, Milán París). ¿Su rol?: cool hunter (cazadora de tendencias).

“Esos viajes eran muy costosos y como lo que me pagaban no alcanzaba para cubrirlos, empecé a dictar clases de moda. Así contacté con una universidad francesa (la International Fashion Academy) y también con el Instituto Marangoni de París”, cuenta.

Total white para su dormitorio, ubicado en la planta alta del departamento en dúplex.

Respirar el aire parisino durante varios meses le permitió entender desde adentro la relación que los franceses tienen con el concepto del lujo. “En París entendí más cabalmente el valor del lujo, presente en todo: en la moda, en un barcito, en los perfumes. Focalicé en ese tema, quise conocer de cerca el detrás de escena de las grandes marcas de lujo de moda y beauty y empecé a llevar a mis alumnos a los talleres. Tanto les gustaban esas salidas que se me ocurrió armar un curso donde la pedagogía fuera solo la experiencia”, detalla.

Agustina Cattaneo en su vestidor abierto, con un surtido de prensas, carteras y zapatos (todos de primeras marcas) ordenados por color y temporada

Un curso atrapante por las tiendas de lujo francesas

Así nació Learn While Exploring (www.learnwhileexploring.com) el curso inmersivo que permite conocer el detrás de escena de las industrias de la moda y el lujo francesas.

“Son cursos de 20 personas aproximadamente, con foco en el lujo, donde los llevo a conocer el corazón  de cada marca: cómo se hace una cartera en Vuitton, o una crema en Guerlain, o un vestido en Dior. No es un viaje de compras: es un viaje de estudios para amantes de la moda”, cuenta Agustina.

Esta experiencia única e inolvidable la obliga a repartir su tiempo entre París, donde continúa con las clases en la Academia Internacional de la Moda (IFA) y es miembro del jurado que evalúa las colecciones finales de los estudiantes de diseño; y Buenos Aires, donde continúa con su labor en el mundo de la moda, las joyas y el lujo.

Textos: Clarisa Corsunsky

Fotos: Alejandro Carra.

Más información en parati.com.ar

 

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