La idea de que los árboles frutales son exclusivos para exteriores amplios quedó atrás: los cítricos también pueden cultivarse en macetas en el interior -y exterior- para así poder disfrutar de su fantástica presencia y su exquisito aroma al florecer.
Y uno de los más elegidos para este fin, es el naranjo.

Cómo cuidar un naranjo: el árbol preferido de la deco natural
La primera regla básica para poder cultivar un naranjo en el interior es elegir la variedad más adecuada para ello. En este caso, naranjo chino y naranjaquat son las más recomendadas ya que dan muy buenos resultados cultivados en el interior.

La segunda condición a tener en cuenta es una correcta elección del suelo: es clave que cuente con un buen drenaje y con un pH entre 5 y 8.
Para armarlo, los expertos recomiendan utilizar una parte de sustrato, una parte de arena y otra parte de perlita o corteza. Luego, en el fondo de la maceta, colocar una capa de grava de unos 5 cm que facilite el drenaje del agua de riego.

En lo que respecta a las horas de exposición al sol, se recomienda que sean, como mínimo, entre 5 y 6; aunque lo ideal es que sean entre 10 y 12. Por eso se recomienda colocarlo cerca de una ventana por la que ingrese un buen caudal de luz natural.
Otro punto muy importante a tener en cuenta, es la humedad del ambiente. Si bien lo ideal es que esté alrededor del 50%, en caso de ser menor, se puede utilizar un humidificador para plantas.

Por último, es imprescindible asegurarle un aporte de agua regular cuando la capa superficial de tierra esté seca.
Un tip: en los meses más calurosos del año se recomienda regarlo un par de veces al día; en invierno, reducir considerablemente la frecuencia.
