Buenas texturas, maderas nobles enchapadas, detalles retro / contemporáneos, y elementos sorprendentemente curvilíneos, componen esta vivienda ubicada en el Forest Lodge de Sydney y diseñada por el estudio de los arquitectos Carter Williamson en team con los dueños de casa.
"El pedido de los clientes era muy simple: convertir un edificio de habitaciones dispares en una casa familiar cohesiva. No querían que se agregara ningún espacio ambiente extra, simplemente querían que el plano de planta existente de la casa funcionara mejor para las necesidades de su familia", cuenta Shaun Carter, director de Carter Williamson al medio The Design Files.
Para lograrlo, los arquitectos tuvieron que racionalizar la planta y traer de vuelta la grandeza histórica de una casa victoriana, pero de una manera contemporánea. (Aunque no lo creas, antes de la reforma, era una gran casa victoriana).
"Nos inspiramos en el Alto Período Victoriano: una exposición de color, ornamentación y detalle. Esto se convirtió en la base de nuestro enfoque”, explica Julie Niass, asociada e interioristas de Carter Williamson.
Muchos de los elementos destacados de esta casa son el resultado de una sólida relación de trabajo entre el cliente y el arquitecto, que alentó a los propietarios a traspasar los límites. Por ejemplo, en una versión moderna de la ornamentación de época, un color rosa pálido fue seleccionado para la parte del comedor de las paredes de la cocina.
"Presentamos el color rosa desde un principio porque a los clientes les encantaba, pero siempre decían que no creían que fuese un color para su hogar. Cuando seleccionamos el color final para la pared del comedor, los azulejos, la bacha y la carpintería, el color perfecto se hizo evidente para todos y lo conseguimos a la primera", detalla Julie.
Otro detalle sobre el que los clientes dudaron inicialmente, es la carpintería curva de la cocina que 'abraza' a la mesa del comedor. "Nuestros clientes inicialmente rechazaron la idea. Si bien les gustó, estaban más preocupados por lograr el máximo almacenamiento", cuenta Julie.
Y agrega que lograron convencer a sus clientes luego de presentarle varias opciones sin la curva, las cuales hacían evidente la necesidad de incorporarla para mejorar el flujo del espacio.
Las curvas le otorgaron a la casa un verdadero sentido de identidad y carácter, el cual se puede ver reflejado en la forma del banco de la isla, en la carpintería semicircular y en el arco de acero pintado de la cocina -el cual marca el umbral entre lo antiguo y lo nuevo de la casa-.
Como no podía ser de otra manera, las curvas también se hicieron presentes en el baño principal otorgándole un buen dinamismo visual.
"En lo que respecta al baño, los clientes se enamoraron de los azulejos de mármol verde mint, así que nos aseguramos de que todo lo demás encajara y complementara con ellos", concluye Julie.
Sin dudas, esta renovación logró un equilibrio perfecto entre la casa original y la versión moderna, combinando el caracter patrimonial y formal ya existente, con un estilo más actual. La familia de cuatro que vive acá, ahora tiene el lujo de espacios más pequeños -pero funcionales- para actividades individuales, así como también una gran área común donde todos pueden reunirse felizmente.