Fran Tinelli compartió en su Instagram una serie de imágenes durante su visita a Esquel, dejando en claro que la elección del lugar para pasar estos días no fue aleatoria: estuvo nada más ni nada menos que en la conocida mansión de su padre, Marcelo Tinelli.
Además, este lugar tiene un significado muy particular para él, ya que atesora grandes recuerdos de su infancia al haber pasado parte de su vida ahí.
"Este es el breve, sintético resumen de lo que fue el viaje de despedida a la casa de mi vida, junto a mi mamá y dos amigos de la vida a quienes adoro. Un viaje lleno de simbolismos", comenzó el post.
"Un viaje al pasado, un mimo a la memoria. Lugar que me formó como humano, lugar que me regaló la infancia más brillante y amorosa que puede haber deseado. Fue totalmente necesario ir hacia allá a agradecerle. Hablar en silencio con el lugar y decirle lo mucho que lo amo", continuó.
A modo de conclusión, Francisco Tinelli reflexionó: "Como en algún momento dije…quien quiera conocerme que primero vaya ahí. Allí, encontrará mi esencia en su estado más puro: mi alma".
En el carrete de Instagram, subió un video en donde se deja ver el mismo ventanal que tiene la popular mansión de su padre.
La imponente mansión de Marcelo Tinelli en Esquel
La propiedad del conductor, que la adquirió en el año 1999, cuenta con 850 metros cuadrados de construcción y 1,320 metros de bosques y terrenos cultivables: la mansión está rodeada de naturaleza y detalles decorativos.
Construída en el cerro “La Tota”, tiene seis pisos y 850 metros cuadrados con todas las comodidades necesarias y más. El frente tiene paredes revestidas en piedras, algo muy característico de la zona, y el casco principal tiene cuatro habitaciones en suit con dos baños y la energía eléctrica se abastece gracias a paneles solares. Además, la familia Tinelli cuenta con un propio proveedor de internet y de televisión satelital.
Para relajarse hay un sauna y una vinoteca con la mejor colección de vinos, que el conductor de El Trece disfruta en familia y con los invitados que se alojan en lo que antes era la casa de los peones, espacio convertido en una residencia de huéspedes. En este último caso la cocina y la calefacción son a gas.
Desde los ambientes interiores se logra una vista perfecta de los distintos paisajes que rodean a la mansión. Tanto desde el comedor, como desde las habitaciones y la piscina se puede relajar la vista con los lagos y espacios verdes lindantes.
Entre las tantas comodidades que ofrece esta mansión se encuentra una piscina climatizada y cubierta, ideal para disfrutar todo el año y un lago privado al que se puede acceder a través de un exclusivo muelle que hasta tiene baño.
Los espacios exteriores están compuestos por 1,360 metros de áreas de bosques y terrenos cultivables. También hay una capilla, construída en el mismo estilo que la propiedad.
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