Rodeado de aguas verdes e inmerso en la tranquilidad del Delta, Tigre, se encuentra el icónico Convento de San Francisco.
Su historia, que parecía haberse perdido en el tiempo y que está cargada de misterios, revivió con todo su esplendor en el año 2021, gracias a su conversión a hotel boutique. Pero antes de ahondar en su nueva faceta, hay que retroceder en el tiempo para conocer sus orígenes.
La historia del Convento de San Francisco
A comienzos del siglo XX, los monjes franciscanos decidieron levantar una monumental obra arquitectónica en el Delta.
Así nació el Convento de San Francisco, una joya arquitectónica rodeada de bosques, jardines y ríos, donde los monjes vivían entre plegarias y el susurro de la naturaleza.
El edificio es una obra maestra del arquitecto italiano Virgilio Cestari, quien también diseñó el Tattersall de Palermo y el pabellón de elefantes del Zoológico de Buenos Aires.
#DatoCementero:
El edificio se distingue por la elegancia de su exterior, inspirado en el realismo italiano característico de sus obras. Está construido sobre una estructura palafítica que en la planta baja tiene una extensa galería con acceso directo a los jardines y bosques.
Así es el Convento de San Francisco
En el primer piso, ante una gran galería con ánforas de mármol, está la Capilla, un retablo en madera finamente tallado. Una postal de devoción y arte que sobrevive al tiempo.
La imagen de la Virgen corona el retablo mayor y al frente, una sola línea de típicos bancos de iglesia.
En el mismo piso que la Capilla pero hacia el ala de la residencia se ubican dos grandes salones, una cocina, un office y varias habitaciones que hoy son espacios privados.
En el segundo piso hay más habitaciones y un pasillo característico que recuerda la planta de convento.
Dos terrazas conectadas entre sí por un altillo regalan las mejores vistas a los humedales, ríos, riachos y canales que rodean al edificio.
El Convento de San Francisco y su transformación en hotel boutique
El convento fue hogar de los franciscanos hasta que una terrible inundación en los años '40 lo dejó vacío.
Durante años, fue un gigante dormido habitado solo por el eco de sus viejas historias. Hasta que un amante del arte lo compró para devolverle la vida, cuidando cada detalle.
Hoy, este imponente convento es un hotel boutique gestionado por Demián Gasco y Silvina De Prado (los mismos que están detrás del Senador Dupont, un hotel con alma y encanto a solo 300 metros del convento).
Demián, quien desde chico soñaba con explorar cada rincón de sus 30 habitaciones, finalmente vio ese sueño cumplido cuando un vecino le pidió que lo administrara como hotel. Con la ayuda de restauradores europeos, mosaicos originales, le devolvieron el esplendor a este tesoro arquitectónico, donde cada rincón guarda un pedazo de historia.
Hoy, el Convento de San Francisco abre sus puertas con habitaciones de lujo con vistas al río y al jardín, y también ofrece la posibilidad de alquilarlo para eventos.
Con Silvina como anfitriona, los huéspedes se sienten como en casa, entre historias de amor por el Tigre, visitas guiadas y experiencias que unen el presente y el pasado.
Más que un simple hospedaje, el convento invita a un viaje en el tiempo. Las noches de cena show, las charlas sobre leyendas locales y las caminatas guiadas entre sus paredes centenarias permiten a los visitantes conocer la magia de un Tigre que sigue atrapado en otra era.
A tan solo una hora de la Ciudad de Buenos Aires, es el lugar ideal para quienes buscan algo diferente, un rincón de paz y cultura con una historia que aún sigue viva.
Fotos: gentileza @senador_dupont.
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