“Arte es contemplación. Es la misión más sublime del hombre, puesto que consiste en un empeño de la inteligencia por comprender y hacer comprender al mundo.”
Auguste Rodin (1840 – 1917)
El sueño de la casa museo es el elixir del camino de muchos artistas. Una casa, un taller, un espacio para exponer, un bello jardín se hace posible aquí sobre un terreno de 1200 metros cuadrados de fines del siglo XIX. El escultor argentino Rogelio Yrurtia (1879 - 1950) era hijo de inmigrantes vascos dedicados al comercio. Desde chico su passion pour’art lo llevó a obtener una beca con solo 19 años que lo lleva a estudiar a Francia, donde tomó contacto con uno de los escultores más destacados de la época, nada más y nada menos que Auguste Rodin.
Rogelio Yrurtia ingresó a la Escuela de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes y algunos años más tarde estudió en el taller de Lucio Correa Morales. Viajó a Italia y luego a París, donde concurrió a la Academia Jullien y asistió al taller del escultor Jules Félix Coutan. Obtuvo numerosos premios: Gran Premio de Honor en la Exposición Universal (Saint Louis, USA, 1904); Segundo Premio en el Concurso Internacional Centenario de la Revolución de Mayo (Buenos Aires, 1909); Gran Premio de Honor en la Exposición Internacional de Arte de Barcelona (España, 1911). Realizó exposiciones en Francia, España, Argentina y Chile y fue miembro fundador de la Academia Nacional de Bellas Artes.
Para 1920, de regreso en Buenos Aires, adquiere junto a su primera esposa, Geertruida Radersma (1877- 1935) una propiedad en la esquina de O'Higgins y Blanco Encalada que comienzan a reformar obteniendo en 1923, el Premio Municipal de Arquitectura por el diseño de su fachada. Para esta tarea, los planos técnicos, en base a los de Yrurtia, fueron realizados por el arquitecto K. A. Schmitt, mientras que el constructor Pedro Rossi se encargó de la ejecución de la obra.
Esta esquina del Barrio de Belgrano pertenece a la vertiente hispanoamericana del estilo Neocolonial, una corriente que buscaba reivindicar los orígenes hispanos y criollos del país, despertando el interés de varios intelectuales de la época.
Yrurtia y su esposa, nacida en Indonesia, convivieron durante 32 años, aportando los primeros objetos de artes decorativas, mobiliario y obras de arte traídas de Europa, que serían más tarde parte de la colección patrimonial del museo. Yrurtia y Radersma se habían conocido y casado en París, ciudad en la que vivieron durante las primeras décadas del siglo XX. Una gran parte del patrimonio del museo, sobre todo mobiliario y artes aplicadas, provenientes de Java, China y Japón, es legado de Geertruida.
Aquí el escultor y la crítica de arte y literatura cumplen su sueño trabajando activamente en la creación de los jardines de la casa. Se ocuparon de plantar árboles, caminos de laja y una galería cubierta con una parra, convirtiendo el jardín en una unidad artística, con elementos inspirados en los jardines árabes.
El matrimonio llegó a su fin con la muerte de Geertruida en 1935. Fueron una pareja contemporánea y partícipe activa de los cambios culturales y tendencias que se produjeron en Europa durante el paso del siglo XIX al XX, el “fin de siècle”, un período histórico que entre 1871 y 1914, designado como el boom de la “Belle Epoque”.
Una nueva etapa en la vida de Rogelio llega de la mano de la pintora, grabadora y dibujante Lía Correa Morales (1893-1975), hija del artista Lucio Correa Morales y Elina González Acha. Su madre acostumbraba a tomar el té con la maestra Rosario Vera Peñaloza y con Cecilia Grierson, la primera médica argentina. Estas mujeres fueron figuras clave, induciendo en Lía el espíritu independiente y vivaz.
Lía y Rogelio se casaron en febrero de 1936, en el que para ambos era su segundo matrimonio, viudos los dos. Vivieron en una casa donde se desarrollaba una ferviente actividad artística e intelectual.
Dicen que Yrurtia ya contaba con el acuerdo de Radersma para transformar la casa en una sala de exposiciones o galería, de libre acceso para los artistas y el público en general, lo que sería logrado de la mano de su segunda esposa.
Yrurtia planeaba generar una galería para mostrar el “desarrollo progresivo de mi obra”, decía el escultor reconocido por el monumental grupo escultórico de catorce figuras "Canto al trabajo", obra cumbre realizada en París en 1907, hoy ubicada frente a la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires. Además, trabajó por encargo del Estado argentino, en diversos monumentos que actualmente se encuentran emplazados en la Ciudad de Buenos Aires, como el Monumento al Coronel Dorrego, emplazado en las calles Suipacha y Viamonte, y el Mausoleo de Bernardino Rivadavia, situado en Plaza Miserere.
En el año 1942, Yrurtia y Lía transfieren al Estado Nacional su casa del barrio de Belgrano con todo el mobiliario y obras de arte, en agradecimiento y devolución al pueblo argentino por todo lo recibido. Corría el año 1949, cuando finalmente se inaugura el Museo-Casa de Yrurtia. La donación se realizó a través de un proyecto de ley impulsado por el político Alfredo Palacios. Se enumeraron las Salas I a la VII y Sala de arriba, Taller, Dormitorio, Boudoir y Jardín.
El Museo cuenta con una colección de esculturas de gran escala y su pinacoteca está compuesta, en su mayoría, por obras de pintores contemporáneos. Incluye también pinturas de la Escuela Cuzqueña, surgida en Cuzco durante los siglos XVII y XVIII y se destacan tempranas obras de Pablo Picasso que Yrurtia adquirió en un viaje a París.
Cuenta además con mobiliario de diferentes épocas y estilos, aunque el británico, el francés y el flamenco romanticista son los que predominan. Incluye alfombras, cerámica y objetos decorativos provenientes de Europa y Asia, junto a una colección de medallas y maquetas, planos, dibujos y bocetos de los proyectos escultóricos de Yrurtia. La biblioteca reúne más de mil volúmenes sobre filosofía, artes visuales, geografía e historia del arte, con obras del siglo XIX hasta la actualidad. El archivo reúne los fondos documentales de Rogelio Yrurtia y de Lía Correa Morales y se compone de correspondencia, artículos periodísticos, fotografías, documentación sobre el museo y los proyectos de Yrurtia.
Luego del fallecimiento de su marido, Lía abandonó su actividad artística para darle paso a una nueva etapa en su vida: dirigir el Museo-Casa Yrurtia. Fue la primera mujer en dirigir un Museo Nacional en nuestro país.
Actualmente la Casa-Museo cumple con la misión de quienes la legaron como patrimonio, conservando y preservando su integridad, transmitiendo el legado artístico cultural donado por el matrimonio.
Se respira una clara intención de generar un espacio de vinculación entre el patrimonio cultural y los visitantes. Un puente hacia el pasado, para valorar el aporte del arte a la comunidad, para comprender y hacer comprender al mundo, desde esta esquina visible de Belgrano.
Fotos: Silvina Gerard @silvina_en_casapines.
Fuente: gentileza museoyrurtia.cultura.gob.ar.