“En cuestiones de cultura y de saber, sólo se pierde lo que se guarda; sólo se gana lo que se da”. Antonio Machado (1875-1939)
Su nombre habla de homenaje, "Abolengo", de abuelos o antepasados, ascendencia ilustre, linaje. Honorar la génesis de la propia historia, tal vez fue el deseo de la Familia Maschwitz, perpetuar a través de los cimientos de una residencia, hoy “Casa Villa Julia”.
Aquí entonces mis letras, para unir en firme lazo el patrimonio histórico de quienes nos precedieron.
Carlos Maschwitz Horne (1862-1910) nació en Buenos Aires. Su padre, Georg Eduard Waschwitz Driesch (1838-1909) fue un banquero nacido en Hamburgo, Alemania, que se había casado en Buenos Aires con Clara Rufina Horne Torres (1838-1886). Dicen que su padre, funcionario de los ferrocarriles entrerrianos, fue quien transmitió a su hijo Carlos la pasión por esta profesión.
Carlos Maschwitz, una personalidad consustanciada con el país, se recibió de ingeniero en 1883. Durante sus estudios practicó dibujo en las oficinas de Newmann y Médici como ayudante de la Comisión de Estudios de Nivelación de la provincia de Buenos Aires, práctica que sería el puntapié inicial para la construcción del puerto de La Plata, primer puerto argentino en el estuario del Río de la Plata.
El Puerto, situado a 15km de la ciudad capital, fue inaugurado el 30 de marzo de 1890. Su construcción estuvo a cargo de la empresa Lavalle, Medici y Cía. y fue dirigida por el ingeniero holandés J. A. Waldorp. Esta obra, inaugurada en presencia del entonces presidente Juárez Celman, es parte de un sistema de transporte con un valor estratégico militar de incalculable valor geopolítico.
Para 1885, Maschwitz fue designado presidente de la Dirección General de Ferrocarriles, iniciando por entonces una importante carrera que lo encontraría en 1890 como presidente de la Oficina de Ingenieros del Estado de la Provincia de Buenos Aires, cargo que ocuparía tres años.
En 1891 trabajó como profesor en la cátedra de Física y Matemáticas en el Colegio Nacional de Buenos Aires y se desempeñó como Ingeniero jefe en los trabajos de agua corriente de la Capital Federal.
Para 1906, se dedica a la actividad privada, siendo nombrado Ingeniero del Ferrocarril del Sud hasta ser designado Ministro de Obras Públicas de la Nación durante la presidencia de José Figueroa Alcorta.
Junto al ingeniero Emilio Mitre, vehemente en sus ideas, permiten la sanción de la Ley Ferroviaria Nro. 5.312 plasmando el sueño de un país grande, en desarrollo. Fue también uno de los gestores de la Ley 5.315, impulsando la red vial del país, siendo una figura imprescindible para el desarrollo de la Nación Argentina.
En 1908 a la vera del Río Luján, Maschwitz adquiriere un terreno para construir una casa de veraneo en tierras casi despobladas, en una región por entonces elegida por los porteños de elite para pasar largas temporadas a las afueras de la ciudad.
La casa que el Ing. Maschwitz construye allí tiene cita de construcción fechada en 1906, sobre el actual Paseo Victorica al 800. Emerge del Río Luján, sobresaliente, elevándose en tres plantas.
La exquisita composición de estilo pintoresquista esta rematada por tejas francesas sobre varias faldas de techumbre, con molduras exteriores sintetizadas y ornamentos cerámicos esmaltados. La arquitectura pintoresquista se extendió especialmente al campo de la vivienda dando residencias veraniegas, chalets o villas.
Tan solo seis escalones de mármol blanco nos aproximan a la galería de pisos originales, amplia y luminosa, con grandes columnas que parece llevarse el peso de la casa, y los años.
Arriba, la terraza guarda una balaustrada elegante, saliente sobre la galería de la planta baja. Grandes ventanales con acceso al balcón invitan a asomarse hacia el rio, prometiendo la mejor vista de la corriente del Luján y la verde traza urbana que la contiene.
Para 1914 fue terminado el primer tramo de la obra, con materiales que fueron traídos de Europa, como era usual para la época. Aún vemos los picaportes de bronce, pisos de roble de Eslavonia, ventanas con vitrales y las amplias escaleras que llevan a los dos pisos superiores.
Con pocos dueños a lo largo de su historia fue cambiando su destino original de casa de veraneo, transformándose desde una residencia familiar hasta hoy, un hotel boutique. Del otro lado de la puerta renace una residencia que conserva el estilo original, con elementos art Nouveau como los azulejos esmaltados de los baños, los techos altos y el remate del espacio en la boardilla, un rincón privado, escondido.
Siendo presidente del Centro Argentino de Ingenieros, en 1908, dicen que Maschwich atravesaba un problema cardíaco, razón por la cual su médico le habría aconsejado que se aleje un tiempo de sus actividades laborales y se tome un descanso. Es cuando decide efectuar un viaje a Europa y lo hace por segunda vez acompañado por su esposa María del Carmen Mattos y Alcorta, prima del presidente Figueroa Alcorta.
Partieron en barco desde el Puerto de Buenos Aires el 20 de noviembre de 1909. Habiendo ya recorrido Gran Bretaña y Francia, el 28 de febrero de 1910 se dirigían desde Biarritz hacia Burdeos para alcanzar su próxima visita, España. Desafortunadamente el automóvil que lo transportaba sufrió un desperfecto y vuelca, causando la muerte de Maschwitz casi instantáneamente, a los cuarenta y siete años. En el accidente su esposa tuvo una fractura que la deja mal herida.
La casa de verano no pudo ser habitada por su primer dueño, ya que Maschwitz ya no regresaría vivo a Buenos Aires. Tiempo después, sus restos se encontraban en el panteón de la familia Alcorta en el Cementerio de la Recoleta, pero dicen que posteriormente fueron trasladados a un cementerio privado.
El 4 de marzo de 1910, el Presidente de la Nación por entonces, Figueroa Alcorta, firmó un Decreto imponiendo el nombre de Ingeniero Maschwitz a la parada del Km. 47 del Ferrocarril Central Argentino, en reconocimiento a la exitosa carrera del conocido ingeniero, dedicando su vida al desarrollo de los ferrocarriles y obras hidráulicas en nuestro país, modificando y planificando desagües, canales y puertos, que fueron parte en la construcción de las grandes obras de infraestructura para nuestra Nación.
Allí mismo, en campos pertenecientes al Dr. Benito Villanueva, es donde se efectuaría el trazado de un pueblo, que luego sería reconocido con el mismo nombre, Ingeniero Maschwitz.
“Abolengo”, hoy Casa Villa Julia es una residencia histórica de Tigre, que merece una declaración de protección, preservación y salvaguarda, siendo una obra fundamental del patrimonio cultural, histórico, arquitectónico y urbanístico de la ciudad.
Representa el legado de uno de los grandes hombres de nuestra Nación, cuya tarea política y memoria debemos preservar para las generaciones venideras.
“Casa Villa Julia” hoy es un espacio de eventos culturales, sociales y corporativos como así también locación de producciones. Cinco suites para hospedarse lo convierten en un hotel boutique donde el huésped puede sentirse como en su propia casa.
“Abolengo”, lugar de donde se es oriundo, nacionalidad, filiación étnica o biológica. Larga tradición de algo o alguien. El avance del tiempo no pudo arrollar su historia, es el renacer de “Abolengo”, una casa conservada casi intacta. El haber contado con pocos dueños propició su preservación.
Desde su inicio fue pensada por el Ing. Maschwitz, luego se vendió a Francisco de Escalada y actualmente Fernando, el heroico impulsor de su puesta en valor, promoviendo la memoria y la cultura nacional, porque sólo se gana lo que se da.
Fotos y videos: @casavillajulia y Silvina Gerard.
Fuente: www.revisionistas.com.ar
