Villa Ocampo fue construida en 1891 por Manuel Ocampo, padre de Victoria, escritora argentina y una de las grandes protagonistas de la cultura del siglo XX. Desde la calle, un paredón y la sospecha de que, pasos adentro, se devela el espíritu de Victoria que habita en la casa.
De arquitectura ecléctica, con influencias de origen británico y francés, la Villa cuenta con un jardín de 11.000 m² y alberga una importante colección de arte, mobiliario y una biblioteca de 12.000 libros, fotografías, cartas y documentos personales de Victoria Ocampo.
Esta casona de cuatro niveles en los que se distribuyen el sótano, la planta baja, el primer piso y un nivel superior, donde se alojaba el personal de servicio (cocineros, mayordomos y jardineros).
La mansión estaba dotada de las más modernas comodidades: luz eléctrica tanto en la casa como en el jardín gracias a un generador eléctrico, un moderno sistema hidráulico y un ascensor entre la planta baja y el primer piso.
Victoria combinó lo rústico con lo moderno y lo clásico con el art déco. Lámparas de estilo Bauhaus compradas en Europa iluminan las habitaciones que contienen candelabros y hay sillones con las telas más exquisitas.
Victoria ha sido arte y parte en una época en que de las mujeres no se esperaban grandes cosas. Escritora, editora y amante de las artes todas, fue cultura.
Nacida en 1890 en una familia acomodada argentina, transgredió a lo largo de su vida las fronteras impuestas a las mujeres, inaugurando un espacio de libertad inédito en la sociedad de su época. En 1914, ya casada, salía a manejar sola, una osadía para las miradas prejuiciosas de la época.
Su pasión por la literatura la llevó a fundar, en 1931, la revista Sur, que dirigió ininterrumpidamente durante cuatro décadas. Desde sus páginas difundió las obras de los grandes escritores e intelectuales de Argentina y el mundo.
Testigo privilegiada de su tiempo, Victoria también registró en sus ensayos y artículos, reunidos en sus testimonios, impresiones de lectura, viajes, experiencias, los encuentros con hombres y mujeres notables, a quienes retrató con la mirada de una escritora que hizo de la verdad un credo literario.
Su labor en la construcción de la modernidad cultural de Buenos Aires fue más allá de la literatura: su patrocinio e interés abarcó casi todas las disciplinas artísticas.
Amaba la arquitectura, la música, el cine y el teatro, la fotografía y la moda. Hizo oír su voz ante injusticias y persecuciones de toda índole, impulsó discusiones y proyectos destinados a alentar el diálogo entre culturas, luchó por la igualdad de género, por la tolerancia y la paz.
Originalmente, la Villa fue la casa de verano de la familia Ocampo para luego convertirse en la residencia permanente de Victoria en 1940.
La casa es famosa por su lista de ilustres visitantes que llegaron a Argentina invitados por ella: Rabindranath Tagore, Igor Stravinsky , Le Corbusier, Albert Camus, Graham Greene, Federico García Lorca, André Malraux, José Ortega y Gasset, Antoine de Saint-Exupéry, entre otros.
Villa Ocampo fue también un lugar habitual de encuentro de escritores argentinos, entre ellos Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares.
En 1973, Victoria donó la casa y su jardín a la UNESCO, para que siguiera siendo un lugar cultural.
Fue completamente restaurada en 2003 y está abierta al público como centro cultural. En Villa Ocampo funciona una boutique con libros y souvenirs, un restaurante y frecuentemente se organizan eventos literarios.
Por fortuna participé de una cena una noche fría de invierno. Luego escuchamos un concierto en vivo en el salón de música. La penumbra dibujaba un pentagrama de sombras. El sonido, un portal y, como abducidos a otra dimensión el salón se llenó de presencias. Almas viviendo la “passion pour l’art” una noche, en la casa de Victoria.