No hay dudas: la lavanda es una de las plantas aromáticas por excelencia, perfecta para perfumar el jardín y llenarlo de color.
Pero además de modificar cualquier ambiente y aromatizar, esta planta de moda cuenta con poderes que la hacen única: favorece el sueño, aumenta la concentración, reduce el estrés, atrae mariposas, ahuyenta mosquitos, etc. Por eso es una de las especies ideales cuando se trata de aplicar en el hogar una impronta de bienestar y naturaleza pura.
Tan rústica como elegante, la lavanda es nativa de la Europa meridional y el norte de África, y puede alcanzar hasta 1 metro de altura en su hábitat natural. Su nombre científico es Lavandula y proviene de la palabra latina lavare, que significa lavar.
Su exquisito aroma atrae mariposas y abejas, así como también ahuyenta mosquitos y pulgones, siendo uno de los remedios naturales más efectivos para prevenir la aparición de insectos en el hogar.
El secreto para una abundante floración
La lavanda necesita 3 años para alcanzar la madurez y crecer más sana, resistente y con una abundante floración que llame la atención a primera vista. Pero para eso, necesita de una poda anual para estimular su crecimiento.
Si bien es cierto que puede realizarse hasta dos veces al año, la primera poda se aconseja hacerla al inicio de la primavera (para estimular el crecimiento de la planta y retrasar su envejecimiento) y la segunda poda (la más importante) en otoño.
Paso a paso: cómo podar la lavanda
1. Desinfectá tu herramienta de poda (podés usar navajas o tijeras de poda).
2. Formá un pequeño manojo con algunos de los tallos que vayas a podar de forma que estén juntos al realizar el corte.
3. Realizá el corte hacia la mitad del tallo o, como mínimo, a unos 5 cm de la base leñosa. Esta es la zona lignificada del tallo (se convierte en leña con el paso del tiempo) y si la cortás la planta no volverá a crecer por esta parte al dañarse.
4. Realizá la poda dando a la lavanda la forma deseada.
Los expertos recomiendan podar en forma de semiesfera para lograr mejores resultados y así obtener una abundante floración.
Qué tener en cuenta antes de la poda
- No podar si llovió el día u horas anteriores.
- Hacerlo cuando el sol ya esté dando temperatura.
- Utilizar las herramientas indicadas y en perfecto estado: limpias, desinfectadas y afiladas.