Las Kokedamas son plantas naturales elaboradas de manera artesanal siguiendo una técnica tradicional japonesa (que tiene más de 500 años de antigüedad) que consiste en cultivar la planta en una maceta orgánica de musgo en forma de bola: de ahí su nombre koke (musgo) dama (bola). Esta singular disciplina deriva de la popular técnica bonsái y comparte con ella muchas similitudes, por ejemplo, que es posible cultivar de esta manera cualquier variedad de planta, siempre que logremos generar las condiciones óptimas para su perfecto desarrollo.
Dicen los que conocen bien este arte que tener una kokedama purificar el aire de los ambientes, reducen el estrés y aportan humedad, lo que genera un efecto benéfico para la piel. Por eso son ideales para dar un toque natural a espacios cerrados o reducidos, aunque también se pueden ubicar en lugares más amplios, dentro o fuera del hogar.
Características de las Kokedamas
Tal y como dijimos anteriormente, las Kokedamas no requieren maceta: las raíces de la planta se cubren por una bola compuesta por turba, akadama (una arcilla japonesa)y arena de río, y se recubre con musgo vivo sujeto con hilo.
De esta manera, se pueden cultivar diferentes arbustos, helechos, líquenes, árboles, plantas florales y plantas silvestres, hierbas aromáticas, cactus, e incluso, plantas carnívoras.
Son muy decorativas y se pueden colgar del techo en un lugar luminoso y sin sol directo o sobre bandejas de arcilla o piedra. Al no poseer ningún tipo de contenedor el sustrato está expuesto en su totalidad. Por sus características tan especiales, ofrecen un efecto decorativo innovador y poco convencional y son una alternativa fácil de cultivar, incluso para personas que no tienen mucha maña ni tiempo.
Riego y cuidados
El riego se realiza por inmersión. Cuando se nota que la bola pesa poco hay que introducirla en un recipiente con agua y cubrirla dos dedos por encima del nivel, sujetándola con las manos hasta que deje de hacer burbujas. Después se escurre y se vuelve a colocar en su sitio.
Además, cada cierto tiempo hay que rehacer la bola, sobre todo si la planta va creciendo. Cuidados como la luz, la humedad o la frecuencia de riego dependen del tipo de planta. Es recomendable utilizar aquellas que tengan las mismas necesidades que el musgo: poca luz y humedad.
Para conservar mejor el musgo, también se recomienda pulverizar la bola entre riegos, especialmente para las plantas que no requieren agua frecuentemente. Si se cuida bien, su vida puede alargarse durante años.