Es conocido que Lady Di tuvo una dura infancia: nació en una familia aristocrática donde sobreaba el dinero pero no tanto el afecto.
Diana Spencer pasó su niñez en Sandringham muy cerquita de quien algunos años después se convertiría en el padre de sus hijos, el príncipe Carlos. Era la menor de sus hermanos y, dicen algunos, la más mimada. Pero todo cambió cuando, en 1967, sus padres se separaron y su madre se fue de su casa: eso la afectó profundamente.
Antes de la separación la familia vivía en Park House, donde ella pasó sus días desarrollando sus talentos para la danza y el deporte, siendo feliz mientras sus padres aún permanecían juntos. Sin embargo, en 1975 se mudaron a Althorp House, cuando nombraron a su padre como vizconde de Althorp.
Cuando en 1983, ella se casó con el príncipe Carlos, la reina Isabel donó la residencia a Leonard Cheshire, una organización benéfica centrada en la discapacidad. Park House fue completamente adaptada para estos fines y para 1987 ya funcionaba como un refugio accesible para visitantes con discapacidades y sus familias.
La mansión fue adaptada totalmente para este noble fin. Este fue uno de los legados más grandes que dejó y por los cuales llegaron a llamarla algún tiempo después como “la princesa del pueblo”.
Actualmente continúa funcionando del mismo modo, bajo el nombre "Park House Hotel", cuenta con 16 habitaciones con acceso para sillas de ruedas, así como todo tipo de adaptaciones en los baños y demás espacios.