Podemos decir que la fitonia es una de las plantas que arrasan en decoración. Sus distintas y bellísimas variantes se suman a su buena resistencia y escasos cuidados y la convierten una de las especies más solicitadas en viveros y florerías, tanto para principiantes en el mundo de la jardinería como para aquellos más avanzados.
También conocida como "planta nerviosa" o "planta de mosaico" queda divina en todo tipo de macetas y también en hidroterrarios, ya que tiene la maravillosa capacidad de enraizar en agua.
Originaria de las selvas tropicales de Perú, Brasil, Ecuador y Colombia, pertenece al género botánico de las familias de las acantáceas y se caracteriza por sus llamativas hojas que oscilan entre los 3 y los 5 cm y que presentan una curiosa disposición: no hay una fitonia de un único color y sus nervios están muy marcados generando un rico contraste.
Variedades más comunes
La forma, el color y los nervios de las hojas puede diferir bastante dependiendo de las variedades. Las más populares son:
- Fitonia rosa (Fittonia verschaffeltii): esta especie va de los 15 a los 30 cm de alto y sus hojas son de color verde oliva con los nervios en un tono rosado.
- Fitonia de venas blancas (Fittonia albivenis): de 10 a 15 cm de alto y el follaje presenta nervios blancos ligeramente rosados.
- Pez plateado (Fittonia argyroneura): el patrón de las hojas se asemeja a una malla gris plata.
- Fitonia gigante (Fittonia gigantea): esta variedad alcanza los 60 cm de alto y el color de las hojas, que son ovaladas, es verde oscuro con los nervios rojos.
- Fitonia forest flame (Fittonia Forest Flame): sus hojas son de color rosa y rojo con nervios muy marcados, sin apenas verde, excepto en los bordes de las hojas.
Cómo cuidar la fitonia
- Luz y ubicación: prefiere un espacio luminoso pero siempre evitando que los rayos directos del sol impacten sobre sus hojas. Evitar colocarla cerca de corrientes de aire y calefacción.
- Temperatura: necesita una temperatura cálida que oscile entre los 18ºC y 25ºC. Se recomienda evitar aquellas por debajo de los 15ºC.
- Humedad: es clave pulverizar sus hojas con frecuencia (sobre todo en verano) para mantener el follaje siempre húmedo.
- Riegos: deben ser frecuentes pero moderados, ya que es una especie que no tolera el exceso de agua y por ende, los encharcamientos.
- Sustrato: rico en nutrientes y con un buen drenaje que evite los encharcamientos.
- Fertilizante: conviene siempre agregar, junto con el agua de riego, algún fertilizante líquido especial para plantas verdes en su fase de crecimiento (primavera/verano).