Muchos dirán que es una moda tener una compostera en casa. Pero, sea tendencia o no, es una acción que le hace muy bien al planeta y también a nuestro jardín. Entonces, ¿por qué no implementarla?
En esta nueva edición de #ManualDeJardinería, Mechi González Prieto (@mechi_deraiz) nos muestra cómo resolvió la suya la influencer de deco & lifestyle Loli Clement (@loliclement).
La compostera de Loli Clement
Loli armó su compostera con fragmentos de durmientes y ángulos de hierro que contienen los cajones. Formó dos espacios: en uno se colocan los materiales en proceso (los que que van a descomponerse, y en el otro es donde se termina de transformar el compost.
La experta en jardinería, también nos enseña qué cosas pone dentro de su compostera: pasto cortado, hojas secas, cascara de banana, de frutas, papel, cartón... A partir de allí, las lombrices hacen su trabajo y se convierte todo en alimento para las plantas.
Cómo compostar
Las técnicas son variadas y van a depender del espacio y de los recipientes. Lo ideal es hacerlo lo más sencillo posible y comenzar de a poco para saber cómo se comporta cada material.
La compostera debe ser colocada en un lugar sombrío y debe tener orificios que permitan la aireación. Puede realizarse directamente en un pozo con tierra o en composteras caseras (cajones de madera, macetas rotas, latas perforadas) o comerciales.
En la compostera se colocan todos los desechos orgánicos húmedos. Se sugiere que estos no estén condimentados, ni cocidos y evitar las carnes, de lo contrario será más lento el proceso de descomposición y generarán olores indeseados.
Luego se recomienda intercalar los orgánicos húmedos y las lombrices con capas de material vegetal (césped, ramas, paja, hojas secas) y mantener el recipiente tapado para controlar la humedad. Bajo ningún punto de vista hay que permitir que se seque, se puede rociar con agua.
Se le puede agregar capas de estiércol de gallina, vaca o caballo, ya que ese material es súper rico y aporta calor a la pila para que esta se descomponga más rápido.
Cuando se completa el recipiente, se lo deja en reposo un par de meses para que las lombrices hagan su trabajo. Se puede ir completando otro y si éstos están comunicados, mucho mejor, ya que cuando la lombriz termina de descomponer los residuos, migra en búsqueda de comida a orgánicos más frescos.
Cuando se quiera cosechar el compost, se separan las lombrices -aunque no siempre se logre hacerlo en su totalidad ya que siempre queda-. y eso luego se puede utilizar o guardarlo en una bolsa cerrada para que no pierda humedad y no le entren hormigas.
Es importante tener presente que esta técnica sale de la observación del comportamiento de la naturaleza. Se produce cuando las hojas se acumulan en el suelo de los bosques por capas y comienzan a descomponerse gracias a la gran cantidad de microorganismos que allí viven. Después de un tiempo, los nutrientes de las hojas descompuestas llegan a las raíces de las plantas a su alrededor.
Y así es como se completa el proceso de reciclaje. Esto mismo intentamos imitar cuando hacemos compost en casa.