Con la llegada de los días más lindos del año, ninguna alternativa se vuelve tan tentadora como la idea de pasar tiempo al aire libre. Los jardines se ponen a punto y llenan de coloridas flores y en el aire se respiran exquisitos aromas. En esta época, la margarita africana florece con todo su esplendor convirtiéndose en una de las plantas más bellas y alegres que existen para decorar cualquier espacio exterior.
Y aunque no desprenda ninguna fragancia en particular, son sus flores de diversos colores y combinaciones las que la convierten en una de las opciones favoritas para alegrar cualquier rincón.
Originaria de Sudáfrica, la Arctotis (su nombre científico) es una planta muy resistente y, si bien tiene una forma muy similar a la de la margarita común, en realidad es más grande y cuenta con un amplio abanico de colores y originales combinaciones.
Rosas, blancas, moradas, amarillas o naranjas, las flores de la margarita africana aparecen a principios de la primavera y duran hasta fines del verano. Pero también pueden reaparecer en otoño en una especie de 'segunda floración'.
Las variedades más populares
El género Arctotis engloba una gran variedad de especies, algunas de ellas híbridas -resultan de la combinación de dos especies diferentes-. Las variedades más conocidas y desacatadas son:
- Arctotis fastuosa: Su flor es de color naranja y presenta un disco en el centro de color morado o negro.
- Arctotis fastuosa: “Zulu Prince”. Con flores blancas con el centro anaranjado y un borde negro.
- Arctotis breviscapa: También naranja, la flor tiene el centro amarillo.
- Arctotis venust: Flor blanca con el centro azul oscuro rodeado por una línea amarilla.
Las flores de la margarita africana tienen la particularidad de cerrarse de día y de abrirse por la noche cuando cae el sol.
Cómo cuidar una margarita africana
Luz: le sientan bien los espacios a pleno sol ya que ayudan a que su floración sea espléndida y abundante.
Ubicación: una buena idea es ubicarla en exteriores en una maceta situada en alto para que las ramas de la planta caigan hacia abajo.
Temperatura: al ser de origen tropical prefiere las temperaturas cálidas que oscilen alrededor de los 20ºC. No tolera el frío extremo ni las heladas muy intensas y frecuentes.
Riegos: son poco frecuentes y moderados. Lo ideal es hacerlo dos o tres veces por semana, aumentando o reduciendo la frecuencia según el clima.
Fertilizante: para contribuir a su crecimiento, se le puede aplicar una dosis de fertilizante para plantas con flor cada quince días, desde finales de la primavera hasta comienzos del otoño.