¿Te imaginás pasear entre jardines con plantas y fuentes que te transportan directo a Marruecos, pero sin salir de la ciudad? En Palermo y San Nicolás, la esencia marroquí se hizo lugar.
Desde un espacio verde en pleno Gurruchaga y Nicaragua hasta una terraza en un edificio histórico, estos rincones te van a enamorar.
1. El Patio de Marruecos
Ubicado en la esquina de Gurruchaga y Nicaragua, el Patio de Marruecos es un nuevo espacio que surge de la colaboración institucional entre la Embajada de ese país y la Comuna 14, con el objetivo de fomentar el intercambio sociocultural y crear un ícono turístico que refleje la riqueza arquitectónica y paisajística de la cultura marroquí.
Su diseño cuenta con caminos geométricos que rodean jardines con palmeras, especies frutales y aromáticas, culminando en la fuente principal, de estilo marroquí.
También hay otras dos fuentes de agua proporcionadas por la Embajada de Marruecos y otros elementos ornamentales con la misma influencia.
Lo mejor de todo es que es de acceso libre y gratuito para que disfruten todos los vecinos.
2. Uno de los edificios Bencich con impronta de Marruecos
En Tucumán y Esmeralda se encuentra uno de los 18 edificios Bencich con los que cuenta la ciudad que tiene una terraza con impronta marroquí.
Se trata de un edificio de 1929 que tiene las mismas características constructivas de las obras mas conocidas de estos hermanos llegados de Trieste, pero lo diferente es su cúpula estilo marroquí.
Este edificio ecléctico fue uno de los rascacielos más altos de la ciudad en su tiempo. Como ya dijimos, fue realizado por la empresa austrohúngara Bencich Hermanos, constructora que buscaba que sus desarrollos fueran obras para admirar y suspirar.
Se hizo con planos del arquitecto francés radicado en el país, Edouard Le Monnier, quien es autor de varias obras emblemáticas.
Se destaca un lujoso hall imperio con un cielorraso que posee un trabajo de yesería denominado casetonado en dorado y blanco.
Está iluminado con farolas de bronce y cristales biselados originales. Sobresale, también, un gran sobrerelieve dorado del cuerno de la fortuna, o de la abundancia.
La inspiración marroquí que se aprecia en el último piso, Le Monnier la habría encontrado en sus viajes a Argelia y Marruecos. Desde la vereda de enfrente se lucen las dos torretas que son de estilo muy diferentes a otros remates que conocemos de esta desarrolladora y de este afamado arquitecto del primer cuarto de siglo.
Texto y fotos de los Museos: Mariela Blanco, periodista.
Instagram: @marielablancoperiodista
Twitter: @marielablanco26
Correo: [email protected]
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