Souvenirs de unas vacaciones soñadas, fotos polaroid con amigos o en familia, los primeros dibujos de los más peques, folletos promocionales... Todos alguna vez colocamos imanes en la heladera.
Sin embargo, una creencia popular asegura que tenerlos hace que se consuma más energía, lo que es un problema económico y también un desgaste del electrodoméstico.
Pero tranqui, si tenés imanes en la heladera no corras a sacarlos: esta consecuencia en realidad no existe y se trata de un mito.
Por qué se dice que los imanes pueden aumentar el rendimiento de la heladera
Uno de los mitos más comunes asegura que los imanes pueden aumentar el consumo eléctrico debido a que generan un campo electromagnético, aumentado así el rendimiento de la heladera.
Afortunadamente, este rumor es falso al igual que aquella creencia que dice que el tenerlos es perjudicial para todos los alimentos que se guardan en ella.
Y es que los campos electromagnéticos que producen los imanes son mínimos y no atraviesan la puerta de la heladera.
Qué prácticas sí pueden afectar el consumo de energía de la heladera
Sin embargo, se deben tener en cuenta otros factores para determinar qué es lo que produce que el refrigerador gaste energía en exceso.
La práctica común de abrir y cerrar la puerta constantemente representa un impacto en el consumo energético día a día. Si bien es súper válido que se abra para buscar algunos productos y luego se nos olvide otro que también necesitábamos, se recomienda reducir al máximo ese error porque la heladera hará el mismo proceso de activación de energía cada vez que se mueva la puerta, representando un mayor consumo.
La ubicación de la heladera también puede afectar directamente el consumo de energía. Siempre se debe optar por un espacio fresco y en donde no reciba la luz directa del sol ni tampoco el calor de un horno o una estufa.
Fotos: Pinterest.